Cuesta: son privaciones y un cambio de hábitos, pero se puede vencer al poderoso “efecto rebote”, esa amenaza que acecha a quienes desean evitar el regreso de los kilos.
En un programa de la cadena estadounidense NBC: The Biggest Loser, los participantes con obesidad competían por ver quien adelgazaba más. Un grupo de médicos siguió la vida de 11 concursantes durante los 6 años posteriores a su pérdida de peso televisada.

Uno de los participantes, quien había comenzado el programa con 195 kilos y lo había terminado con 86, ganó 47 kilos en poco tiempo tras volver a su vida normal. Lo que detectaron es que su metabolismo, se enlenteció durante el proceso de adelgazamiento, y ahora era incapaz de quemar más de 800 calorías al día. Vivía con hambre, sufriendo para no seguir engordando… El estudio concluyó lo que perece tan claro: es complicado, por no decir imposible, mantener el peso después de adelgazar con un cambio de dieta drástico y fugaz. Por lo que es polémico recurrir a las dietas relámpago.

¿Entonces no hay esperanza para quienes quieren adelgazar?
Claro que se puede. Solo que hay que enfrentarse a un complejo proceso donde un circuito hormonal te lo pone difícil, cuando se reducen las calorías consumidas (estás a dieta) aumenta la concentración de hormonas como la grelina (se produce en el estómago y le avisa a tu cerebro que hace falta comida), que te impulsa a comer. Además hay una reducción de las concentraciones de hormonas como la PYY, la CCK, la leptina y la insulina. Así, disminuye la necesidad de calorías del cuerpo, de manera que el organismo emplea menos energía para mantener sus procesos biológicos. La suma del aumento del apetito y la reducción del gasto, arma un combo muy difícil para el mantenimiento del peso a largo plazo,
¿Qué onda una dieta baja en carbohidratos?
Por ejemplo, con una dieta cetogénica. En una publicación del departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, el Dr. David Ludwig especialista en el cruce de comida y hormonas. Sugiere que el tipo de calorías que ingerimos es más importante que su número. Para él, una dieta baja en hidratos de carbono funciona a la hora de mantener el peso a largo plazo «porque la reducción de los carbohidratos aumenta el gasto de energía». Sin embargo surgieron otras opiniones como la Academia Española de Nutrición y Dietética, que advierte, si vas a seguir este plan alimenticio debería ser de manera individualizada, no para cualquiera.

Hay estudios muy rigurosos que advierten de los peligros de no ingerir carbohidratos, como falta de algunas vitaminas, minerales y fibra dietética, y que en algunos casos produce estreñimiento y halitosis, síntomas típicos de la cetosis. Además, no es una dieta fácil de mantener en el tiempo y puede ser bastante agresiva. Se consumen las reservas de grasa, que son limitadas y también cumplen funciones biológicas.
Para muchos investigadores, la alimentación que hará que no volvamos a recuperar el peso bajado depende más que de una dieta, de haber aprendido a comer, haber desarrollado nuevos hábitos de vida. Hacen falta rutinas que podamos seguir de por vida.
Finalmente: si querés adelgazar, contar calorías puede que no sea la estrategia más exitosa.
Por DoctorUgarte
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