Obesidad. Día Mundial: «Sin Culpa»

Desde que tengo uso de razón, mi madre concurría a consultorios «médicos», buscando ayuda para adelgazar. La mayor parte de las veces traía a casa frascos de medicamentos «magistrales» hechos en la farmacia a la que el profesional le indicaba específicamente fuera. Tengo fotos de mi madre gorda-flaca-gorda-flaca y finalmente gorda, hasta el final.

Si bien, los magistrales ya no dominan el escenario. La solución tampoco aparece. Aun cuando hace 70 años consideramos a la obesidad como un tema de salud publica y mas reciente: una epidemia mundial.

La obesidad es una enfermedad, por supuesto, definida por el exceso de grasa corporal. Se considera una enfermedad crónica como la diabetes y la hipertensión arterial. Es importante entender que existen una gran cantidad de factores involucrados en la génesis de la obesidad, tanto los genéticos, como los ambientales, pero en medio hay también otras causas, que deberíamos identificar (las veremos) ya que contribuyen con su pequeño o gran aporte al problema.

Allí aparecen: la regulación emocional, la impulsividad por la comida, ansiedad y problemas atencionales que contribuyen a distorsionar la conducta alimentaria dando lugar al aumento de peso.

La sociedad y algunos profesionales de la salud aun creen que la Obesidad es debida a una actitud desidiosa, hedónica e irresponsable de los pacientes. Para quienes compartimos el día a día con ellos, esto es falso. No conozco a ninguna persona que desee ser Obesa. Y la superficial recomendación de hacer dieta o dejá de comer (hidratos, postres, harinas, etc) es una muestra de cuanto ignoramos sobre el tema y el fracaso de la sugerencia. Tratamientos así dirigidos resultan esfuerzos constantes con intentos de pérdida de peso seguidos de frustración y rebotes. Como le pasaba a mi madre.

El tratamiento es tan complejo como las causas de la enfermedad. Al obes@ se lo ve y se lo estigmatiza (aunque no se diga, está mal visto). Mientas se llenan paginas hablando de tratamientos multidisciplinarios (es un buen recurso, que pueden pagar pocos o pueden acceder gratuitamente menos), de prevención desde la infancia (vean que se come en el cumpleaños de niños de 6 años), de polvos para adelgazar (un engaño millonario), de dietas «revolucionarias» (difíciles de sostener a futuro y con rebote asegurado), de cirugias (buenas, pero no para cualquiera, por eso algun@s personas operadas reengordan).

La industria de alimentos envasados es poderosa y con recursos ilimitados. Diseña productos para que estén siempre al alcance de los consumidores, logran un sabor atrapante, con publicidades atrayentes, envases sugestivos, precios accesibles y larga duración de la fecha de vencimiento del producto envasado.

Un alfajor o una galletitas de chocolate tiene un impacto en el paladar y una duración de su «frescor» imbatible frente a una pera o un durazno que se me pudre al 4to dia de la compra.

Quiero decirte algunas cosas que siento debés saber. Si tenés obesidad, no sos culpable, es una enfermedad. Buscando el camino de una solución hay personas nobles, con buenas intenciones. Y también enormes intereses comerciales . Para enfrentar a la obesidad se requiere de opciones, por que todos somos diferentes, y por eso no hay UN TRATAMIENTO universal. Se necesita inversión, recursos, personal entrenado, educación y seguimiento a largo plazo. Un campaña de concientización es una hoja al viento, alguien la leerá seguro, pero miles la dejaran seguir viaje.

QUE SE PUEDE HACER

  1. Estimular una actividad física que puedas hacer todos los días (30 minutos alcanzan)
  2. Administrar tu alimentación en base a un plan consensuado, no impuesto por el profesional
  3. Aprender a gestionar tus emociones
  4. Valorar el uso de fármacos autorizados por el ANMAT (para Argentina)
  5. Saber indicar la cirugía de la Obesidad a quien le pueda ser de utilidad.
  6. Interrogar sobre horas sueño, ámbito familiar – social, trabajo, entretenimientos.

Sin engaños, las cosas son como son. Sin Culpa. Es una enfermedad (crónica) se se enfrenta como tal.

Por Doctor Ugarte

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Estrés, ansiedad…¿apetito?

El estrés no aparece por lo que hacés, sino por lo que pensás.

Observo habitualmente a personas que valoran más su incorrecta alimentación que los motivos y por lo tanto no «ven» las soluciones. Para peor durante los casi 3 años que llevamos de Covid 19, acumulamos temor por la enfermedad, duelo por el fallecimiento de gente cercana y las consecuencias del confinamiento obligatorio. Y la conducta alimentaria empeoró en la mayoría de las personas.

Comer es más que un acto fisiológico

Comer es también un acto social e incluso emocional. Comemos no solo para alimentarnos y aportarle a nuestro organismo la energía y los nutrientes que necesita, sino también para celebrar un acontecimiento. para pasar el rato con nuestros seres queridos o para acompañar una emoción. Y justamente en esos momentos en los que asociamos las emociones con la comida, es cuando las emociones te acompañan a la búsqueda de comida alimentos reales (una manzana por ejemplo) y/o productos comestibles (un alfajor, para tu desgracia).

En nuestra vida «la mesa» ocupa un lugar central y cotidiano. Puede que a veces no lo percibas: es tan habitual que puede pasarte inadvertida, pero lo cierto es que siempre está presente. En sí misma la mesa es un mueble -soporte-. Las mesas tienen algo en común y es que en algún momento han sostenido comidas o bebidas y han sido testigos de conversaciones intensas, de decisiones importantes, de noticias tristes y alegres y de las celebraciones de cientos de acontecimientos.

Las emociones están relacionadas a episodios importantes de nuestras vidas, y también a los más simples.

Y también hay un vinculo de las mesas con las emociones que sentimos, porque en el momento en que nos sentamos a la mesa estamos sintiendo algo, alguna emoción está a flor de piel. Además, es muy probable que en torno a esa mesa comamos o bebamos algo, y en ese caso vincularemos esa emoción con el alimento que tendremos delante.

Que ese nexo sea sano o dañino dependerá exclusivamente de vos, de las decisiones que tomes: será sano si comemos cuando tenemos hambre o para disfrutar del placer de un alimento, y no lo será si al comer pretendieras ocultar o expandir una emoción.

Comer bien es un desafío.

Existen muchas personas que triunfan y gozan de éxito profesional pero que son incapaces de comer saludablemente. Personas que son capaces de resolver problemas complejos en sus trabajos o en sus familias, pero no el suyo respecto a la comida. Su manera de comer se ha convertido en un problema, en parte porque han aprendido a usar la comida como bálsamo emocional, como un ungüento aparentemente capaz de curarlo todo en el momento de aplicarlo, pero que al poco tiempo produce una reacción culposa y sin solucionar la herida original.

Comida y emociones van de la mano

No solo en los momentos malos, sino también en los buenos. Esto no tiene por qué representar un problema, si se sabe elegir bien los alimentos y comerlos en su justa medida. Es posible disfrutar del placer que nos aportan los alimentos para sentirnos bien, o para celebrar algún acontecimiento, y hacerlo de manera sana, con ingredientes saludables y comiéndolos conscientemente, sin sentir después remordimientos por haberlo hecho. Pero hacerlo así de bien es lo que resulta más difícil

Muchas de las personas con las que interactúo en las consultas se reconocen como comedores emocionales. Sea cuando se sienten mal, cuando están estresadas, ansiosas, tristes, aburridas… En esos momentos sienten la necesidad imperiosa de buscar un paquete de galletitas, un chocolate o una bolsa de papas fritas. ¿Te pasa a vos?. Si es así, tené en cuenta la posibilidad de aprender a gestionar tus emociones sin tener que recurrir necesariamente a alimentos insanos.

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La gestión emocional en el tratamiento de la obesidad femenina

La obesidad afecta negativamente la salud de las mujeres de muchas maneras.  Aumenta el riesgo relativo de diabetes y enfermedad coronaria. Hay un mayor riesgo de padecer múltiples tipos de cáncer, incluido endometrio, el de cuello uterino, de mama y quizás el de ovario.

La obesidad crece en occidente en cada estudio o encuesta realizada. Las tasas de obesidad son similares para hombres y mujeres; sin embargo, el riesgo de Accidentes Cerebro Vasculares asociado con la obesidad se ha estancado en los hombres y se ha triplicado en mujeres desde el año 2000

Sobre este panorama se suma el COVID-19, que aumentó la obesidad y los trastornos alimentarios, si, más en las mujeres que en los hombres.

Los profesionales de la salud relacionados a la obesidad sabemos todo esto y trabajamos para ayudar con nuestras herramientas a cada paciente que nos consulta; con planes de alimentación hipocalóricos, ejercicio-terapia, medicamentos, cirugía.  A pesar de esto los resultados en general son decepcionantes. En muchos casos actuamos obviando otros factores que sin duda influyen en la vida de las personas y sobre los que, a veces, no tenemos control.

La mayoría de las personas presentan la dificultad de identificar y diferenciar sus propios momentos emocionales. En muchos casos, ante sensaciones perturbadoras o problemáticas experimentan sensación de malestar psíquico, que disipan mediante la ingesta de alimentos, sin que hayan sentido hambre verdadera.

Me interesa esto

Inteligencia Emocional

El concepto de inteligencia emocional (IE), se refiere a “la habilidad o capacidad para identificar, evaluar y manejar las emociones de uno mismo, de otros, y de grupos, para adaptarnos y enfrentar las demandas y presiones del entorno y las circunstancias”

La IE influye en el bienestar general y en la salud emocional, probablemente también en la habilidad para tener éxito en la vida

Es posible aprender a gestionar las emociones, comenzando por nosotros los profesionales, para luego asistir mejor a nuestras pacientes.

Primero, escuchemos

Un buen comienzo

La entrevista inicial debe valorar la  motivación, el impulso que moviliza a emprender el objetivo expuesto. La llamamos «entrevista motivacional», una forma de comunicación que busca movilizar al paciente para que sea él mismo quien tome las riendas de su situación.

Empatía

Tenemos que adaptar las estrategias, conociendo en qué etapa del cambio se encuentra el paciente.

  • Determinar del grado de motivación y autoeficacia de la paciente para iniciar cambio de conducta.
  • Seleccionar una estrategia específica de acuerdo al nivel de motivación diagnosticada.
  • Eslabonar los cambios alimentarios, para progresar a medida se sienta capaz de ello.
  • Mantener una comunicación eficaz  (verbal y no verbal).
  • Sostener la escucha activa.
  • Hacer preguntas abiertas, orientadas a la reflexión y búsqueda de soluciones por parte de la misma paciente.

Necesitamos conectarnos (profesional y paciente)  en un escenario que propicie el cambio efectivo de conducta, nos basamos en técnicas o formas de  consulta que pretenden resultados exitosos.

Abandonamos el  rol protagónico en el tratamiento, para transformarnos en facilitadores. No vamos a hacer el trabajo por la paciente.  El cambio es un proceso y no un hecho puntual, ya que frecuentemente las personas acuden a la consulta esperando cambios rápidos o por el contrario, el profesional asume erróneamente que el cambio de hábitos puede lograrse luego de la primera consulta, independientemente de las motivaciones previas que tenga la paciente.

Esta forma de relacionarse favorece una más efectiva adherencia al tratamiento y el mantenimiento  de hábitos saludables en el tiempo.

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HACER AYUNO INTERMITENTE POR TU CUENTA PUEDE SER UNA MALA IDEA

Es cada vez más popular, sin embargo no hay suficiente evidencia científica que nos demuestre sus supuestos beneficios.

“¿Por qué no probás con el ayuno intermitente? A mí me está yendo genial”. Las maravillas de este método de adelgazamiento y mejora de la salud ya son conversaciones de ascensor, gimnasio o en los chats de madres del colegio. Con los testimonios en primera persona que siguen pareciendo argumentos válidos, y no dejan de ser puras anécdotas sin valor científico ni estadístico.

¡Por favor, que decís!, si mi cuñada, “que sabe muchísimo” de nutrición y lo sigue. Además hay famosos de buena figura que están confesando que su secreto para lucir así es el ayuno intermitente. Pareciera que si querés tener una salud de hierro, mejorar tu rendimiento en el trabajo  o terminar con tu sobrepeso, tenés que probarlo.

Agreguemos que Instagram y Google están allí para hablarte insistentemente de los prodigios del ayuno intermitente.    

¿Me preguntás a mi? Lo siento no hay evidencias sólidas —por ahora— de esos atractivos beneficios

Los estudios de largo plazo, están pendientes.

El ayuno intermitente se ha propuesto como estrategia para ayudar al control de la diabetes,  mejorar la salud cardiovascular y las enfermedades metabólicas; también para aumentar el rendimiento deportivo.  La mayoría de los estudios se hacen a corto plazo y solo miden indicadores —como la presión arterial—, pero no evalúan si esto se refleja en que haya finalmente menos enfermedad cardiovascular o diabetes. Los resultados son heterogéneos y no concluyentes.

Probar no cuesta nada, ¿o sí?

Puede pasar. El problema es que no sabemos con certeza a quién le puede resultar perjudicial, porque, igual que ocurre con la investigación sobre sus beneficios, todavía no hay suficientes estudios sobre sus potenciales riesgos. Hay casos en los que está claramente   contraindicado   -al menos con lo que sabemos hasta ahora-. Olvidate de experimentar con el ayuno intermitente si estás embarazada, ya que se desconocen los posibles riesgos para el feto. Igual que si das la teta, o estás inmunodeprimido/a: de proponérselo a niños pequeños, ni hablamos.

Es posible que tengas diabetes y hayas oído maravillas sobre los efectos del ayuno intermitente sobre tu enfermedad. En la Escuela de Salud Pública de Harvard directamente la desaconsejan, ¿por qué? …y la realidad es que hay estrategias dietéticas mucho más seguras.

Pero a veces cuando se nos mete una idea en la cabeza no la soltamos, así que si tenés diabetes y a pesar de todo querés probarlo es absolutamente imprescindible que haya un seguimiento por parte del médico para ajustar la medicación y evitar hipoglucemias y/o hiperglucemias, y de un/a  nutricionista para ajustar la dieta.

El ayuno intermitente consiste en un ciclo de restricción de ingesta,  lo que ha despertado preocupación sobre su uso en personas que son susceptibles de presentar trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Aunque algunas investigaciones encuentran resultados positivos sobre la conducta alimentaria o sobre la imagen corporal, hay indicios de que pasar muchas horas sin comer puede incrementar el riesgo de sufrir un episodio de sobreingesta o de atracón e incrementar los pensamientos relacionados con la comida y el miedo a perder el control, por eso es crucial que el consejo dietético-nutricional lo dé un profesional tras una evaluación clínica, y no tu prima Naty o un influencer de Instagram. Y habiendo alternativas dietéticas seguras, no parece buena idea recomendar esta pauta a personas al voleo.

Una cuestión de peso

Una de las motivaciones principales para seguir esta pauta dietética es la promesa de la pérdida de peso, especialmente cuando el abordaje habitual —cambio de hábitos alimentarios y actividad física— ha fallado. Sin embargo, a pesar de que una amiga asegure que ha adelgazado cuatro kilos dejando de comer a las seis de la tarde, la ciencia se encuentra con resultados variables y menos espectaculares.

Hay varios ensayos clínicos donde la efectividad del ayuno intermitente para reducir el peso corporal y la glucosa se efectuaron  con mayor duración e implicando a más participantes y se ha encontrado que el ayuno intermitente en personas con sobrepeso y obesidad supone una pérdida de peso similar a la que se obtiene con una dieta hipocalórica convencional.

Además debe tenerse en cuenta a qué se debe la pérdida de peso. El objetivo debe ser reducir el porcentaje de grasa corporal; si perdés agua o masa muscular, no es algo para festejar: empeorás tu composición corporal y es más probable que recuperes el peso perdido en poco tiempo.

Es posible que la del 8C haya bajado de peso, pero el secreto no está en CUÁNDO come, sino que que probablemente también ha cambiado LO QUE come, CUÁNTO come o cuánto y qué ejercicio físico hace. Por no hablar de que haya habido modificaciones en otros cientos de posibles factores que podían estar afectando a su peso.

Juntos para siempre

Por último, un aspecto que importa tener en cuenta: la adherencia a la dieta. Cambiar el chip, porque una dieta no debe tener fecha de caducidad, no es un plan que debas seguir un mes para perder kilos y luego volver a ponerte como un globo. La idea es que sea un patrón alimentario que te permita mantener la salud y prevenir enfermedades, y que puedas mantener en el tiempo. Y esto último depende factores individuales: educación nutricional, motivación, manejo emocional, condiciones socioeconómicas, accesibilidad a alimentos saludables, situación familiar…

El mantenimiento siempre es un reto, el seguimiento a largo plazo muestra un abandono significativamente superior al que ocurre en las dietas de restricción calórica. Que tampoco son una maravilla, pero el ayuno intermitente suma algunos aspectos obvios que pueden resultar demasiado desafiantes para algunas personas: puede afectar también a las relaciones sociales.

Tu vecina  “sabrá mucho” de nutrición  pero es más que probable que sepa poco de vos. Que no tenga ni idea de tu estado nutricional, de la medicación que tomás, de si estás en riesgo de sufrir un trastorno de la conducta alimentaria (o lo has padecido), de cuáles son tus rutinas y tus preferencias o de tu estado fisiológico. Un especialista en Nutrición si lo sabrá y tendrá todos estos factores en cuenta.

Los beneficios y los riesgos del ayuno intermitente son inciertos: quizá a vos te va genial o puede ser un grave error. Algo importante y bien claro, si tenés algún problema de salud como diabetes, vas a consultar con su médica/o antes; pero Incluso si no tenés ninguna afección y querés experimentar, lo mejor es que te acompañe quien tenga el conocimiento para hacerlo bien.

Fuente: Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos, dietista-nutricionista y autora de «Come seguro comiendo de todo».

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Credibilidad

Credibilidad

¿Vos crees todo lo que te dicen ?

Muchas personas ni siquiera se plantean este dilema porque dan credibilidad a informaciones por el solo hecho de aparecer en Instagram o YouTube. ¿Cuántas veces habremos oído eso de «es verdad porque lo he visto en YouTube»? Obviamente esto NO garantiza que la información sea veraz. Cualquiera puede grabar un vídeo diciendo lo primero que se le pase por la cabeza y subirlo a internet… al menos dentro de unos límites, porque muchas de estas plataformas están intentando desarrollar y aplicar sistemas para limitar la difusión de “macaneos”, aunque todavía sin mucho éxito.

Cuando dudás frente a un vídeo podés basar tu aceptación en base a el éxito que haya tenido, la cantidad de visualizaciones o de seguidores, el número de «me gusta» o los comentarios, etc. Ocurre que la mayoría de esos datos proceden de personas que tienen la misma información que nosotros sobre ese tema, es decir, casi ninguna. ¿Qué pasa si el vídeo que tiene más visualizaciones y más «me gusta» es el que ofrece información falsa y hay otro, el de la información rigurosa, que tiene muy pocas visitas?

De hecho, esto pasa porque la información impactante y novedosa suele ser más “interesante”, más lineal y más fácil de asimilar. Mientras que una información basada en comprobaciones suele ser menos atractiva y emocional. Por lo que llega a más gente y tiene más visualización.

Fijate un ejemplo: una persona graba un vídeo raspando una manzana para mostrar que está recubierta con unas ceras «sospechosas» y nos dice que se trata de productos peligrosos que utilizan las empresas para envenenarnos en connivencia con los gobiernos, es probable que se difunda mucho porque tiene muchos elementos que despertarán nuestro interés: aparece una persona anónima en su casa, es más fácil que nos sintamos identificados; habla de un alimento que come casi todo el mundo; muestra algo sorprendente y que, se supone, puede afectar negativamente a la salud y además nos ofrece una «prueba irrefutable» porque realmente se ve una sustancia «sospechosa» al raspar la manzana.

El video ya ha sido visto por más de 22 millones de personas.

Estos vídeos que propagan tonterías se repiten todo el tiempo y tienen una enorme difusión a través de las redes sociales. Desmontarlos es mucho más costoso: requiere muuuuucho tiempo, es necesario dar mil explicaciones y no es tan impactante, es decir, en lugar de dirigirlas a los sentimientos y las emociones, se apela a la razón. Además, quien trata de deshacerlos te dice que confíes en sus palabras y no creas lo que estás viendo con tus propios ojos, así que nos resulta muy difícil descartar «los hechos» y aceptar el discurso.

Ilustración sobre «fake news». SILVIA CAMPOS

Secretito

Las manzanas están cubiertas por cera de forma natural para mantener su firmeza, protegerla de golpes y  como barrera frente al agua y al ataque de insectos, hongos y bacterias.

Por DoctorUgarte

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Hay gente que baja de peso y jamás lo recupera (parte 2 de 2).

El secreto

Mucho cuidado con eso de “sólo por hoy”

Solo por hoy

Mantener el peso ideal requiere tener siempre conciencia de las calorías que ingerís. Un estudio de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, demostró que una ingesta accidental puede ser suficiente para provocar un aumento de peso. De hecho, hay evidencias de que esos kilitos de más que se acumulan porque nos hemos relajado durante el fin de semana, las vacaciones o en Navidad,  se mantendrán en vos durante mucho tiempo.

Otro trabajo, en Dinamarca, sugiere que el cuerpo se estabiliza aproximadamente a los 12 meses de haber seguido el protocolo de mantenimiento, tras la dieta (es cuando los niveles de grelina disminuyen y se incrementan los de las hormonas inhibidora del hambre, y la saciedad). Pero en algunos casos la elevación de la grelina y los cambios en las hormonas reguladoras del apetito, que incrementan la sensación de hambre, se mantienen durante años tras la intervención dietética.

Por ello los cambios en el estilo de vida deben ser mantenidos de forma prolongada, al menos durante más un año como señala el estudio danés, y deben acompañarse de una dieta equilibrada y ejercicio físico para aumentar el gasto energético y evitar la recuperación del peso.

¿El secreto?

Es que no te engañen. Deberás cuidarte toda la vida, y eso incluye un ejercicio físico diario acompañado de una adecuada alimentación. Incorporados a tu vida como vestirte o cepillarte los dientes. Algunos hábitos son difíciles de adquirir, pero también hay muchos pequeños gestos que uno puede hacer para comer bien sin hacer sacrificios.

¿Cómo funciona el efecto rebote?

Antes, Ahora y Después

Lo que les ocurrió a los concursantes de The Bigger Loser es algo que casi todos los que han hecho dieta ya conocen por experiencia: el temido efecto rebote. Algunos estudios aseguran que después de haber realizado una dieta, el efecto yo-yo aparece hasta en un 95% de las ocasiones, una estadística que no aporta mucha confianza… ¿Por qué sucede?

El organismo está programado para mantener las reservas de grasa corporal, lo que ayuda al ser humano a sobrevivir en periodos de escasez de alimentos. Al reducir la ingesta, se ponen en marcha una serie de mecanismos hormonales y del metabolismo energético para que, al aumentar aunque solo sea un poco las calorías iniciales, volver a recuperar el peso perdido. Por eso cuando nos sometemos a una pérdida de peso prolongada, el metabolismo disminuye y, cuando volvemos a comer como antes, asimilamos mayor cantidad de calorías.

Cambiar es el Camino Correcto

Hacen falta nuevas e inteligentes rutinas que puedas seguir de por vida.

Fuente: Ana Moreno. Nutrición. El Pais (España)

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Hay gente que baja de peso y jamás lo recupera (parte 1 de 2)

Cuesta: son privaciones y un cambio de hábitos, pero se puede vencer al poderoso “efecto rebote”, esa amenaza que acecha a quienes desean evitar el regreso de los kilos.

En un programa de la cadena estadounidense NBC: The Biggest Loser, los participantes con obesidad competían por ver quien adelgazaba más. Un grupo de médicos siguió la vida de 11 concursantes durante los 6 años posteriores a su pérdida de peso televisada.

Uno de los participantes, quien había comenzado el programa con 195 kilos y lo había terminado con 86, ganó 47 kilos en poco tiempo tras volver a su vida normal. Lo que detectaron es que su metabolismo, se enlenteció durante el proceso de adelgazamiento, y ahora era incapaz de quemar más de 800 calorías al día. Vivía con hambre, sufriendo para no seguir engordando… El estudio concluyó lo que perece tan claro: es complicado, por no decir imposible, mantener el peso después de adelgazar con un cambio de dieta drástico y fugaz. Por lo que es polémico recurrir a las dietas relámpago.

Bajó 109 kilos y ya recuperó 47

¿Entonces no hay esperanza para quienes quieren adelgazar?

Claro que se puede. Solo que hay que enfrentarse a un complejo proceso donde un circuito hormonal te lo pone difícil, cuando se reducen las calorías consumidas (estás a dieta) aumenta la concentración de hormonas como la grelina (se produce en el estómago y le avisa a tu cerebro que hace falta comida), que te impulsa a  comer. Además hay una reducción de las concentraciones de hormonas como la PYY, la CCK, la leptina y la insulina. Así, disminuye la necesidad de calorías del cuerpo, de manera que el organismo emplea menos energía para mantener sus procesos biológicos. La suma del aumento del apetito y la reducción del gasto, arma un combo muy difícil para el mantenimiento del peso a largo plazo,

¿Qué onda una dieta baja en carbohidratos?

Por ejemplo, con una dieta cetogénica. En una  publicación del departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, el Dr.  David Ludwig especialista en el cruce de comida y hormonas. Sugiere que el tipo de calorías que ingerimos es más importante que su número. Para él, una dieta baja en hidratos de carbono funciona a la hora de mantener el peso a largo plazo «porque la reducción de los carbohidratos aumenta el gasto de energía». Sin embargo surgieron otras opiniones como la Academia Española de Nutrición y Dietética, que advierte,  si vas a seguir este plan alimenticio debería ser de manera individualizada, no para cualquiera.

KETO

Hay estudios muy rigurosos que advierten de los peligros de no ingerir carbohidratos, como falta de algunas vitaminas, minerales y fibra dietética, y que en algunos casos produce estreñimiento y halitosis, síntomas típicos de la cetosis. Además, no es una dieta fácil de mantener en el tiempo y puede ser bastante agresiva. Se consumen las reservas de grasa, que son limitadas y también cumplen funciones biológicas.

Para muchos investigadores, la alimentación que hará que no volvamos a recuperar el peso bajado depende más que de una dieta, de haber aprendido a comer, haber desarrollado nuevos hábitos de vida. Hacen falta rutinas que podamos seguir de por vida.

Finalmente: si querés adelgazar, contar calorías puede que no sea la estrategia más exitosa.

Por DoctorUgarte

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Comé comida verdadera

Cuando te tomás un capuchino soluble con medialunas podés pensar que estás haciendo un gran desayuno o colación. Sin embargo, permitime que dude. Lo mejor sería tomar un  yogur natural, una manzana y 4 nueces, un buen ejemplo de comida “verdadera”, sin que intervengan aceites hidrogenados, sal, azúcar y harina refinada, como en el caso anterior. 

Enfrentamos una crisis de alimentación. La industria de alimentos ultra procesados, nos “educó” para que no perdiéramos tiempo en cocinar, ya que estamos muy ocupadas/os, viviendo a agenda completa. En esa creencia cocinar es perder tiempo, o difícil o superfluo. Vaya paradoja, hoy la alimentación es considerada fuente de salud (o por el contrario facilitadora de muchas enfermedades endémicas, como la diabetes o  las cardiovasculares).

Reglas básicas para comer comida verdadera

Comida verdadera

Hablemos unos minutos de la importancia que debe asignarse hoy a revisar nuestros patrones alimentarios

Organiza tu compra de alimentos

Lo que vas a comer antes hay que comprarlo. Si ordenás tu compra, ordenás tu alimentación, y como consecuencia mejorás tu salud. Todos podemos empezar por ordenar nuestra compra para cambiar de forma radical nuestras elecciones alimentarias. Las personas nos aferramos a ciertos hábitos, y encontramos excusas, con argumentos a veces inverosímiles, para evitar un conflicto interno que nos haga considerar otra decisión. Es decir, negarnos al esfuerzo necesario para introducir cambios en el estilo de vida.

Si ordenás tu compra, ordenás tu alimentación.

Comprá con una lista

Pero desear no sirve de nada si no nos ponemos en marcha, y yo te voy a demostrar que el esfuerzo que tenés que hacer no es para tanto, y que vale el esfuerzo.

La falta de tiempo, en realidad, es una falta de prioridades, todos tenemos veinticuatro horas al día, la diferencia está en cómo utilizamos ese tiempo. En nuestra inercia diaria de trabajo, tareas de la casa, responsabilidades sociales y familiares, ratos de ocio…, podemos descuidar lo más importante que tenemos: nuestra salud. Sin salud, nada de lo anterior se puede realizar; todo pierde sentido cuando perdemos la salud. No obstante, hagamos de la alimentación algo fácil, algo beneficioso. Nuestra vida no debería girar en torno a la comida, sino alrededor de nuestras experiencias y vivencias con nuestros valores: seres queridos, propósitos de vida y momentos de diversión

Si no se compra no se come.

Para ello evitamos comprar ultraprocesados. Si querés empezar, vamos a hacer una lista de la compra con comida real.

  • Vegetales, hortalizas y frutas
  • Huevos
  • Carnes sin procesar
  • Frutos secos
  • Legumbres
  • Lácteos de calidad
  • Pescados, mariscos
  • Hierbas, especias, semillas
  • Aceites de oliva
  • Cereales de grano entero. 100% integrales
  • Café, yerba, té

La mitad de la compra debe estar compuesta por alimentos vegetales que podremos combinar de forma diaria: verduras, hortalizas, frutas, frutos secos y legumbres. El resto los combinaremos con alimentos de origen animal y cereales integrales o papas . Los primeros aportan más proteínas y grasas, mientras que los cereales y papas dan carbohidratos, que sirven para dar energía, además de otros nutrientes. Complementaremos con el Aceite de Oliva Extra-Virgen, fuente de grasas saludables; las especias, que nos aportarán fitonutrientes, y buenas bebidas como el café, el mate o el té; también incluyamos a las bebidas vegetales sin azúcares añadidos.

En este grupo de productos el único ingrediente es el propio alimento. Una vez que tengas armada tu lista, podrás identificar en el supermercado lo que abunda son los productos con etiquetas que son difíciles de interpretar.

En la Feria del Barrio el 90% es Comida Verdadera

Aunque en tu primera compra tengas que invertir un poco más de tiempo que yendo directamente al súper, cuando ya tengas tu lista guardada con los alimentos que solés comprar, la tarea de hacer tu provisión semanal o mensual se reducirá a unos pocos minutos. De yapa es posible que así evites los antojos que te entran dentro del supermercado. Y recordá: nunca vayas a la compra con hambre, ya que, si lo haces, no decidirás con la cabeza, sino con el estómago, y en ese estado eres más vulnerable a la tentación de los ultraprocesados.

Es cierto que los ultraprocesados son baratos, por los ingredientes de mala calidad que contienen, pero es posible planificar una alimentación saludable y no muy costosa. Podés comprar arroz integral, papas, garbanzos, verduras y aceite de oliva como base de tu alimentación; todos ellos son accesibles; avena arrollada, choclo, pasta, batatas, lentejas, lechuga, espinacas, tomates, etc. Elegí frutas de temporada (ahora cítricos) o en la oferta de tu supermercado, y calcula bien la cantidad para que no se te pudran esperando a ser consumidas. No es necesario comprar quinoa, paltas o kale (mucho menos económicos que otras frutas y verduras). Al desprenderte de los ultraprocesados, dejás de gastar dinero en productos superfluos que te tientan a picotear cuando no es conveniente: que si un bizcocho Don Tasur, que unas agridulces 25 de Mayo, unas papas fritas Lyas, un salamin picado fino, etc.

Comprá menos, comprá mejor

Elegis comprar menos, pero mejor. Hay algunos buenos procesados como las legumbres en conserva, la fruta y la verdura congelada o las latas de pescado que también son un recurso para utilizar durante la semana.

Si tu vida es un caos, es muy probable que tu alimentación también lo sea. Pero, una vez que te dispongas a organizarte, esto mejorará.

Secretitos

Cuando se trata de ahorrar en el supermercado, la planificación es esencial. Tené en cuenta que el desperdicio de alimento es enorme, por lo que, si te preparás bien, aprovechás hasta el último gramo de comida que comprás.

Usá un día para pensar tus comidas para la semana siguiente, otro dia, por ejemplo el sábado, para hacer la compra. El domingo podrías dedicarlo a preparar varias recetas para cubrir las comidas principales durante el resto de la semana. Por ejemplo, preparar guisos de legumbres, saltear verduras, hacer caldos, o hamburguesas de pescado. Aprovecha para cocinar más cantidad para que puedas repetir comida durante la semana o bien congelar porciones para tenerlas disponibles más adelante. A esto se lo llama batch cooking: cocinar comidas grandes que puedas conservar en porciones puede ahorrarte tiempo y dinero.

Carlos Ríos

Realfooding es un movimiento creado por Carlos Ríos, Dietista-Nutricionista, nacido en Huelva en 1991. Tiene la intención de volver a que en nuestras casas tengamos «comida real».

Por DoctorUgarte

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Te damos propuestas para que tengas opciones “con ciencia” frente a un mundo saturado de información nutricional.

La Obesidad en Jaque

Regresa la presencialidad a las reuniones científicas

Esta semana estuvimos en un hotel de Pilar (Pcia de Bs As), un nutrido grupo de médicos argentinos para compartir conocimientos e inquietudes respecto a nuevos tratamientos de enfermedades metabólicas relacionadas a la diabetes y la obesidad. 

La medicina se enfrenta al desafío de poner freno a otra verdadera pandemia. Las palabras no alcanzan. Los consejos profesionales van a “sacos rotos”. Mientras tanto la industria del ocio y la de la alimentación van ganando a la medicina por amplio margen.

Aspectos fueron destacados en esta convención:

  1. El estilo de vida. Algunos colegas alegaron que no se ejecutan acciones gubernamentales eficaces y sustentables para inducir a la población a consumir alimentos más afines al mantenimiento de la salud. Como el esperado etiquetado frontal o la reducción del IVA a los alimentos no procesados. Así como aplicar un mayor gravamen a productos ultra procesados. Del mismo modo a  promover campañas para visualizar a la actividad física como parte de la vida cotidiana, ya que caminar al trabajo (o parte del trayecto), dejar el auto mas lejos, subir/bajar escaleras, pasear al perro, etc. También es ejercicio físico. 
  2. Los nuevos fármacos. En el pasado no habíamos tenido medicamentos para adelgazar que estuvieran avalados por ensayos bien controlados y que a su vez sumaran tanto tiempo de uso, confirmando eficacia y seguridad.  Es posible que para algunas personas la indicación de estos productos (que por el momento son inyectables) den un mejor bienestar y prolonguen su vida. Hay que remarcar el costo, que es considerable y además solo puede indicarlo un médico/a con experiencia en su uso.
  3. Como suele ocurrir en estos eventos, hay una sorpresa que aporta una “miscelánea” a los temas específicos. Fue la presentación del biólogo molecular y comunicador de temas neuro científicos, el Dr Estanislao Bachrach. Su agradable e intensa presentación nos puso en el borde de la butaca al presentarnos la oportunidad de CAMBIAR, valerosamente, si nos interesa y nos esforzamos. Que pueda no quiere decir que quiera. Mente (software)  y Cerebro (hardware) como en una computadora, no son lo mismo, trabajan juntos.
  4. La perla final de esta convención fue la presentación del médico psiquiatra Dr. José Eduardo Abadi,  que nos hizo reflexionar sobre la relación medico paciente en el Siglo XXI y el arte de “comunicar”
Con Estani Bachrach

¿Por casa como andamos?

Pensando en nosotros, adelnutonline es un programa de cambio de conducta alimentaria, donde los participantes viven día a día su transformación, la del peso y la de su visión hacia el futuro y como quieren ser seguir siendo.  Juntos ponemos a la Obesidad en Jaque.

Secretitos (para iniciados en Diabetes)

  1. Está en fase 3 de ensayo una insulina de aplicación semanal (en principio para diabetes tipo 2 que requiera insulina)
  2. Mas atrás viene una insulina basal, que además protege el endotelio arterial
  3. También vendría una insulina especifica para usar en bombas de infusión
  4. Avanzan los ensayos para una semaglutida oral (primer análogo GLP1 por esta vía) también indicado en Obesidad
  5. Finalmente esta probándose un inhibidor PSCK9 (para la hipercolesterolemia severa o no tratable con estatinas) por vía ORAL!

El futuro, la ciencia y la investigación son apasionantes.

Coaching nutricional  y  cambio de conducta alimentaria.

Tradicionalmente la consulta nutricional es un encuentro de enseñanza-aprendizaje, y por ello supone un gran valor tanto para el profesional como para la persona que recurre a ella, ya que busca herramientas y apoyo para solucionar su problema.

Cuando se busca conseguir un cambio de conducta en un proceso de enseñanza clásica, el centro es el “Profesional Experto”, transmisor de contenidos hacia el alumno o “paciente”.

Hoy nos damos cuenta que este sistema habitual de enseñanza no logra transformar al otro, y su esfuerzo se centra en transmitir un discurso científico de salud y nutrición. No está mal, pero pocas veces cumple con las expectativas.

Asi las cosas, los resultados durante décadas vienen siendo decepcionantes. La mayoría de los asistentes a este tipo de entrevistas/consultas, no siguen las instrucciones del profesional experto.

Queremos transformar este sistema de intervención ¿terapéutica?

Los nutricionistas debemos conocer los aspectos técnicos ligados a la salud, así como los que refieren a la psicología del aprendizaje, en sus fundamentos, en la forma de educar, en el lenguaje utilizado (verbal y no verbal), en el reconocer al otro en toda su naturaleza humana e invitarlo a ser protagonista de su cambio.

Según la Academia Americana de Nutrición y Dietética, no se conoce aún la mejor combinación de estrategias de cambio de comportamiento y técnicas para aplicar en el tratamiento contra la obesidad. En cambio, se cree que se pueden aplicar una variedad de estrategias (de diferentes teorías de cambio de conducta) para ayudar a cambiar los comportamientos. En este sentido, la incorporación de las herramientas y metodologías del Coaching aplicadas a los tratamientos en salud, pueden ser una oportunidad para favorecer los cambios de conducta.

Sin embargo, en la actualidad, en muchas ocasiones a la transmisión del conocimiento sigue siendo unidireccional, hacia un sujeto pasivo a cargo de seguir indicaciones. Por el contrario, el Coaching Nutricional (CN), es un proceso a través del cual esa persona es totalmente activa en su cambio, identifica y vence sus obstáculos, adapta su entorno, toma una actitud y determinación adecuadas para conseguir transformar su alimentación, además de lograr una mejora en otros aspectos de su persona y de su estilo de vida.

Lo primero y necesario es que el profesional entrenado en esta práctica, antes de iniciar el proceso  evalúe el grado de motivación del paciente, luego podrá trabajar las estrategias específicas de acuerdo a los intereses y factores que motivan al paciente. Es para lograr una mejor adherencia al cambio real.  

¿Qué es el Coaching?

Coaching es el arte de empoderar a las personas en su capacidad para alcanzar sus objetivos, desarrollando autoconfianza y derribando temores o barreras muchas veces autoimpuestas, que impiden su crecimiento.

La persona se transforma, realiza su propio cambio de conducta, desarrollando habilidades o competencias que no pueden ser obtenidas a través de otro método .

Por esto, es un proceso individual y personalizado, en el que el centro del aprendizaje es el sujeto que desea realizar el cambio o “alumno”. Requiere tiempo, el que se necesite. Tené en cuenta que es una relación profesional que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Profundizan en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida.

El concepto central es que las personas en su interior tienen desde ya conocimientos previos que sirven de base para construir nuevos caminos.

Resumiendo

La posibilidad de conectarse con el otro en un escenario que propicie el cambio efectivo de conducta, es lo que ha alentado a buscar nuevas técnicas o formas de realizar la consulta con resultados más exitosos.

Cuando el/la nutricionista abandona su rol protagónico en “la consulta”, para transformarse en un facilitador y guía del aprendizaje, entrega las herramientas que el otro necesita y le enseña a usarlas, pero sin hacer el trabajo por su paciente.

De este modo  el paciente pasará a ser (como corresponde) el protagonista (activo) en su proceso de aprendizaje, responsable de sus decisiones y del ritmo que lleva su proceso de cambio, asumiendo tareas orientadas a generar nuevos hábitos en la medida que se sienta capacitado para cumplirlas. El cambio es un proceso y no un hecho puntual, ya que frecuentemente las personas acuden a la consulta esperando cambios rápidos o por el contrario, el profesional asume erróneamente que el cambio de hábitos puede lograrse luego de la primera (¿única?) sesión.

Debido a que las personas que concurren a consultorios de Nutrición suelen traer ideas clásicas de: dieta mágica, adelgazamiento rápido y curación.   El CN debe aplicarse siempre en un contexto acordado, el paciente debe conocer de qué se trata o nos arriesgamos a un rechazo.

Hay mejores formas para lograr los objetivos que te propongas (no solo la alimentación) mejores relaciones, trabajos, logros deportivos, etc.

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