Ayer fui a la feria del barrio y en la carnicería me decidí por las pechugas de pollo, sin piel y de buen color. Luego me tocaba la verdulería y por suerte comenzó la temporada de morrones, así que me llevé unos cuantos y de distinto color.
Te traigo esta sencillísima receta que cualquiera puede preparar para una comida individual o familiar, hasta para mis nuevos amig@s de instagram, los carbofóbicos.
A disfrutarlo!
Ingredientes
½ kg de pechugas de pollo
2 berenjenas
4 cebollas
Aceite de oliva
2 morrones rojos
2 morrones amarillos
3 dientes de ajo
sal y pimienta
Preparación
1 Cortá las pechugas en trozos no muy grandes. Saltealos en aceite de oliva, sazonalos y reservalos.
2 Pelá y corta en rodajas finas las cebollas y todos los morrones, quitales las partes blancas, y cortá las berenjenas en dados.
3 En un wok (o sartén honda y amplia) rehogá la cebolla y los dientes de ajo en el aceite de oliva hasta que la cebolla esté transparente.
4 Agrega los pimientos y las berenjenas y mézclalo bien.
5. Cuando los vegetales estén tomando temperatura, agregás el pollo, terminás la cocción Probás el sabor por si hace falta rectificar condimento y listo. A comer!!
Posibilidades
Si tenés un brócoli o zucchini esperando en el cajos de los vegetales, dales una oportunidad e incorporalos al salteado.
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Un año más nos unimos a la celebración del Día Mundial de la Diabetes, que tiene lugar cada 14 de noviembre.
El 14 de noviembre se conmemora el día de nacimiento del médico canadiense Frederick Banting, que en 1921 “descubre” la insulina, con la ayuda del estudiante norteamericano (luego afamado Profesor de Fisiología) Charles Best.
Entre nosotros esta enfermedad afecta a 1 de cada 10 argentinos mayores de 20 años y a 2 de cada 10 mayores de 60 años. En Argentina la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) nos dice que el indicador de glucemia elevada (o diabetes) autorreportado evidenció un aumento estadísticamente significativo respecto de la ENFR de 2013 (9,8%) y alcanza en 2018 al 12,7% de la población.
Se estima que el 50 % de quienes han desarrollado la enfermedad, aun no lo saben, debido a la escasez de síntomas en las etapas iniciales de la Diabetes tipo 2 (Tipo 2 es el 90 % de todos los casos)
En 2021, la Federación Internacional de Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés) inició una campaña de tres años que, hasta 2023, estará focalizada en promover un mejor acceso a la atención de la diabetes.
“Educar para proteger el futuro” es el lema elegido para este año, teniendo siempre como eje central la formación y la educación diabetológica, al ser la herramienta clave para que las personas que viven con diabetes puedan evitar y / o reducir complicaciones futuras, y gozar de una buena calidad de vida. Y es que, la educación en diabetes forma parte de los cuidados de la patología y, por tanto, es un derecho que debe garantizarse a los pacientes, a través de un sistema sanitario centrado en la cronicidad y de profesionales sanitarios formados específicamente en diabetes.
La atención es esencial, además es un derecho, no un privilegio: educación, medicinas, tecnologías; deberían ser accesibles a toda la población. La mayoría (la gran mayoría) de las complicaciones que la diabetes puede producir, son una amenaza: es decir, ¡son prevenibles!
Doctor Ugarte
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¿Querés comer menos carnes? ¿Te aburre la ensalada mixta? ¿Está invitado tu amigo/a vegetariano/a?
Aquí te presento como hacer una super parrillada de vegetales. Cubre todas las expectativas y está para el podio de las recetas de verduras.
Para hacer una buena parrillada de hortalizas necesitás que los productos sean frescos y de buena calidad para que su sabor sea auténtico y sabroso. Por eso es preferible hacerlas con los productos que estén de plena temporada.
Además, necesitaremos una buena plancha o parrilla, -yo usé la Planchetta-, un puñado de sal y un aceite de oliva de calidad, para realzar las verduras en el momento de servir.
Te recuerdo que busques las hortalizas de temporada, aunque prácticamente todas las hortalizas se pueden hacer a la parrilla. Puerros, tomates, zucchini, berenjenas, zanahorias y morrones son los más habituales, pero podés usar también papas, espárragos y champignones, para conseguir que cada bocado tenga un sabor personal.
Ingredientes
Para 4 personas
1 zucchini
1 berenjena
2 zanahorias
1 papa
1 cebolla
1 morrón rojo
6 Champiñones
Aceite de oliva virgen extra
Sal gruesa
Preparación
Lavá y secá bien todas las verduras. Pelar las papas es una opción, (depende de vos, yo les dejo la cáscara –bien cepillada-) pelá la cebolla, y también ligeramente las zanahorias con un pelapapas . Cortarlas al gusto, con un buen cuchillo o mandolina, no demasiado gruesas pero tampoco excesivamente finas, o podrían pegarse y quemarse rápidamente.
Las papas se pueden cortar longitudinalmente a la mitad, o en láminas de medio dedo de grosor, o en rodajas más pequeñas transversalmente. Cortá las zanahorias por la mitad longitudinal y dejá los champiñones enteros sin el tallo, o cortalos por la mitad incluyendo el mismo.
Calentá a fuego fuerte la plancha, pincelá con aceite de oliva y cociná las verduras por tandas, sin amontonarlas, controlando los tiempos según cada hortaliza y su grosor. Da la vuelta a las piezas con unas pinzas a medida que se vayan haciendo.
Si se fueran quedando frías, andá pasándolas a una fuente de horno según se van haciendo y mantenelas calientes en el horno al minimo. Servilas finalmente todas juntas en una fuente amplia con un chorrito de oliva y sal (para los que no la tienen limitada)
Versión a la parrilla
Si te gustan las rayas en cada pieza, es importante que calientes mucho la parrilla antes de poner encima las verduras. Así, al tener muy caliente la superficie, marcará rápidamente las piezas haciendo los dibujos o rayas tan agradables a la vista. No querrás freír las hortalizas sino asarlas por eso no uses mucho aceite, aunque unas gotas extendidas con un pincel o brocha de silicona vienen bien para acelerar la transmisión de calor y para evitar que las piezas se peguen en la parrilla.
. Tené en cuenta que del grosor del corte dependerá el tiempo necesario para que estén bien cocinadas en su interior. Para acelerar los tiempos, podrías usar una mandolina y cortar rodajas muy finas que se hacen al toque.
Lo mejor es ir haciendo cada hortaliza por separado, poco a poco ya que cada verdura tiene su tiempo necesario. Por eso, la mejor forma es ir haciendo cada variedad por separado y después juntarlas todas al colocarlas en la fuente en que se van a servir.
También se pueden ir pasando a una fuente de horno según se van asando y mantenerlas calientes en el horno o sobre la parrilla, lejos del fuego activo.
¿Cuánto tiempo?
Dependiendo de la potencia del fuego y del grosor de cada hortaliza, la cocción en la parrilla no es una ciencia exacta, pero aproximadamente necesitarás tener las berenjenas, papas y morrones unos doce minutos -seis por cada lado- para que estén bien hechos.
Yo las papas las paso por el microondas unos 6 a 8 minutos, y las tuesto en la parrilla, cortadas al medio (quedan increíbles)
El zucchini, depende de cómo lo preparés. Si lo cortás por la mitad en sentido longitudinal tardará entre ocho y diez minutos pero si lo cortas en rodajitas con la mandolina, tardará muy poco –dos o tres minutos por cada cara dependiendo del grosor- en estar en su punto.
Otras hortalizas como cebollas, champiñones y tomates, al tener más agua y ser más blandas, estarán listas en cuanto se dore su superficie, aproximadamente unos seis minutos -tres por cada lado.
Parrillada de vegetales: plato principal o guarnición de lujo.
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El estrés no aparece por lo que hacés, sino por lo que pensás.
Observo habitualmente a personas que valoran más su incorrecta alimentación que los motivos y por lo tanto no «ven» las soluciones. Para peor durante los casi 3 años que llevamos de Covid 19, acumulamos temor por la enfermedad, duelo por el fallecimiento de gente cercana y las consecuencias del confinamiento obligatorio. Y la conducta alimentaria empeoró en la mayoría de las personas.
Comer es más que un acto fisiológico
Comer es también un acto social e incluso emocional. Comemos no solo para alimentarnos y aportarle a nuestro organismo la energía y los nutrientes que necesita, sino también para celebrar un acontecimiento. para pasar el rato con nuestros seres queridos o para acompañar una emoción. Y justamente en esos momentos en los que asociamos las emociones con la comida, es cuando las emociones te acompañan a la búsqueda de comida alimentos reales (una manzana por ejemplo) y/o productos comestibles (un alfajor, para tu desgracia).
En nuestra vida «la mesa» ocupa un lugar central y cotidiano. Puede que a veces no lo percibas: es tan habitual que puede pasarte inadvertida, pero lo cierto es que siempre está presente. En sí misma la mesa es un mueble -soporte-. Las mesas tienen algo en común y es que en algún momento han sostenido comidas o bebidas y han sido testigos de conversaciones intensas, de decisiones importantes, de noticias tristes y alegres y de las celebraciones de cientos de acontecimientos.
Las emociones están relacionadas a episodios importantes de nuestras vidas, y también a los más simples.
Y también hay un vinculo de las mesas con las emociones que sentimos, porque en el momento en que nos sentamos a la mesa estamos sintiendo algo, alguna emoción está a flor de piel. Además, es muy probable que en torno a esa mesa comamos o bebamos algo, y en ese caso vincularemos esa emoción con el alimento que tendremos delante.
Que ese nexo sea sano o dañino dependerá exclusivamente de vos, de las decisiones que tomes: será sano si comemos cuando tenemos hambre o para disfrutar del placer de un alimento, y no lo será si al comer pretendieras ocultar o expandir una emoción.
Comer bien es un desafío.
Existen muchas personas que triunfan y gozan de éxito profesional pero que son incapaces de comer saludablemente. Personas que son capaces de resolver problemas complejos en sus trabajos o en sus familias, pero no el suyo respecto a la comida. Su manera de comer se ha convertido en un problema, en parte porque han aprendido a usar la comida como bálsamo emocional, como un ungüento aparentemente capaz de curarlo todo en el momento de aplicarlo, pero que al poco tiempo produce una reacción culposa y sin solucionar la herida original.
Comida y emociones van de la mano
No solo en los momentos malos, sino también en los buenos. Esto no tiene por qué representar un problema, si se sabe elegir bien los alimentos y comerlos en su justa medida. Es posible disfrutar del placer que nos aportan los alimentos para sentirnos bien, o para celebrar algún acontecimiento, y hacerlo de manera sana, con ingredientes saludables y comiéndolos conscientemente, sin sentir después remordimientos por haberlo hecho. Pero hacerlo así de bien es lo que resulta más difícil
Muchas de las personas con las que interactúo en las consultas se reconocen como comedores emocionales. Sea cuando se sienten mal, cuando están estresadas, ansiosas, tristes, aburridas… En esos momentos sienten la necesidad imperiosa de buscar un paquete de galletitas, un chocolate o una bolsa de papas fritas. ¿Te pasa a vos?. Si es así, tené en cuenta la posibilidad de aprender a gestionar tus emociones sin tener que recurrir necesariamente a alimentos insanos.
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¿Te imaginas tener listo un completo menú semanal cocinando solo unas horas? El batch cooking (cocinar para toda la semana) es una técnica de cocina que cuenta con fanático/as en todo el mundo. Si durante la semana no tenés tiempo para cocinar pero querés que en tu casa dispongan de comida sana, en pocas horas cocinás para toda la semana, y esa puede ser tu solución.
El Batch cooking consiste en optimizar los recursos y cocciones de los alimentos, y proporcionarte una forma fácil y rápida de resolver las comidas diarias.
Tiene beneficios notables: dispondrás de comida casera, te permitirá disfrutar (un tiempito) de la cocina y te alejás de los ultraprocesados y la comida rápida o de delivery. Además, ahorrás el tiempo que dedicarás a otros menesteres durante la semana, ya que la mayoría de tus comidas parte estarán ya preparadas.
No obstante, para realizar un Batch cooking eficiente y de calidad, debés organizarte bien.
Consejos básicos relacionados con el Batch Cooking
1.
Lo primero es planificar un menú semanal, es decir, pensá qué platos consumirás a lo largo de la semana. Para ello, debes aprovechar los ingredientes y cocciones de un plato en otro (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales), para poder realizar una alimentación adecuada y equilibrada.
Para poder llevar a cabo esto último, te recomendamos seguir el método del plato. Este método consiste en dividir tu plato según los requerimientos de los diferentes macronutrientes, asegurando así un aporte suficiente de todos ellos.
2.
Según el menú planificado , vas a organizar la compra armando un listado con lo que necesitás. Siempre será mejor seleccionar alimentos frescos y de temporada que se puedan congelar, pues una gran parte de los platos irán al freezer en un taper.
3.
Una vez los diferentes alimentos están cocinados y en sus respectivos tapers, te conviene rotularlos antes de guardarlos en la heladera o el freezer. Escribí el alimento, la fecha de elaboración y/o el día en que planeas consumirlo; de esta manera, sólo será necesario retirar, recalentar o descongelar, y ya estará listo para su consumo.
4.
Otra recomendación es saltear o cocinar al vapor las verduras, para poder usarlas en diferentes preparaciones. Además, si hervís la verdura, podés aprovechar el caldo para hacer una sopita.
5.
Estaría bueno planificar algunos snacks para merendar o un tentempié, así evitarás caer en la tentación de comer ultraprocesados. Algunas ideas de snacks saludables son: frutos secos, hummus, bizcochos o galletitas caseras, etc. Además, vas a combinarlos con fruta o yogur.
Algunas recetas para tus Batch Cookings.
Que tus Batch cooking no sean aburridos y te ayuden a llevar una alimentación equilibrada, consciente y variada.
Carnes: albóndigas en salsa, escalopes de cuadrada, hamburguesas caseras, guisos, croquetas de espinacas, pollo al curry, croquetas de merluza, pollo en salsa de tomate, etc.
Verduras: brócoli gratinado, coliflor al horno con curry, berenjenas a la plancha, morrones asados, ratatouille, verduras al horno, canalones de zucchini con ricota, etc.
Legumbres: hummus, guiso de lentejas , hamburguesas de garbanzos, ensalada de pototos, espinacas con garbanzos, canelones de espinacas, berenjenas rellenas, tofu marinado, tempeh con arroz y verduras, al ajillo o con espinacas, etc.
Pescado: calamares con cebollas, hamburguesas de atún, albóndigas de merluza, brótola en salsa verde, calamares rellenos, etc.
Pasta: puede prepararse al momento y pueden añadirse las salsas preparadas con antelación (boloñesa de carne o soja texturizada, pesto, fileto de tomate, carbonara, etc). También pueden prepararse las siguientes recetas con pasta: lasaña de atún, carne, o verdura, canelones de carne o soja texturizada, etc.
Arroz, cuscús y quinoa: ensalada de arroz, arroz al curry, arroz con cúrcuma, cuscús con verduras, etc.
No te pierdas la oportunidad de optimizar tu tiempo y disfrutar de buena comida todos tus días gracias al Batch Cooking.
Fuente nutritionalcoaching.com. Editado por DoctorUgarte
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El tomate: ¿es una fruta o es hortaliza? Si bien hay consenso en que se trata de una hortaliza, no siempre se coincide en el tipo de hortaliza que es. Para algunas personas, el tomate no puede ser una fruta, porque “no es dulce”. Pero este argumento resulta muy débil. Ahí están el limón (con toda su acidez) o la dulce remolacha para rebatirlo. Entonces, ¿cuál es el criterio para distinguir una fruta de una hortaliza? ¿Qué otros vegetales dan lugar confusión? Veamos cinco frutas que son consideradas verduras.
¿Cuál es la diferencia entre fruta y verdura?
Distinguir entre frutas y verduras no es tan fácil. Existen unos cuantos vegetales que se consumen de manera habitual como si fueran verduras, y son frutas.
Resulta que cuando comés una ensalada de tomate y pepino, técnicamente estás comiendo una ensalada de frutas.
Para saber si es una fruta o no hacete esta pregunta: ¿es de origen vegetal, contiene semillas y se puede comer? (Si) Entonces es una fruta. De ahí que los tomates o las calabazas se parezcan a las melones y mandarinas que a las cebollas o los apios.
Desde el punto de vista botánico, los frutos de una planta son el resultado del desarrollo de sus flores tras la fecundación; el lugar donde quedan contenidas las semillas. ¿Y las frutas? Son la parte comestible de esos frutos. A continuación van cinco ejemplos de ello.
¿Hortalizas?: no, frutas
El tomate
Originario de América, el tomate es, hoy en día, uno de los alimentos más populares del mundo. Desde ensaladas y pizzas hasta mermeladas y salsas como la kétchup, el tomate es una hortaliza muy utilizada en los hogares y en la industria porque combina a la perfección con una gran cantidad de alimentos. Cuenta con pocas calorías, la mayor parte de su peso es agua y resulta una buena fuente de fibra, de potasio, de fósforo y de unas cuantas vitaminas, como la C y la E. Y sí, es una fruta deliciosa y refrescante.
La berenjena
Aunque su origen se halla en India, la berenjena está emparentada con el tomate; ambas pertenecen a la familia de las solanáceas. Esta fruta está compuesta, sobre todo, por agua. Aporta potasio y también fibra, que se encuentra concentrada en su piel. Es un alimento muy saludable que se puede emplear en muchas recetas. Además, es la estrella de un plato griego tradicional: la musaka (tenés la receta aquí https://doctorugarte.wordpress.com/2020/06/08/musaka-un-plato-griego-bajo-en-carbohidratos/ ).
Morrón y familia
Hay muchos tipos de pimientos: el dulce, el morrón, el pimiento de Padrón, el pimiento del Piquillo… Cada variedad ofrece unos colores y sabores muy distintos, aunque todos son «parientes» entre sí. Los pimientos también están emparentados con el tomate y la berenjena. La principal diferencia está en que el morrón es un fruto hueco, pues no tiene pulpa. Originario de América, es buena fuente de carotenos (que tiene propiedades antioxidantes), aporta provitamina A y es muy rico en vitamina C (puede contener el doble que una naranja).
El pepino
El pepino es originario del sur de Asia y pertenece a otra familia: la de las cucurbitáceas, igual que el melón o la sandía. Es el fruto de una planta que lleva su mismo nombre y está compuesto, principalmente, por agua. En concreto, el 97 % del peso de esta fruta es agua; de ahí que sea tan agradecido comerlo en verano y casi siempre esté presente en las dietas de adelgazamiento. El pepino aporta fibra y cantidades discretas de vitamina C, E y provitamina A. Es refrescante, vistoso y se puede utilizar en ensaladas, en sopas frías o con yogur natural, como aderezo.
Calabazas
La calabaza forma parte de la familia de las cucurbitáceas y es un fruto rico en betacarotenos y vitamina C. Además, aporta fibra dietética, muy buena para la salud. Este alimento acompaña todo el año (hay de invierno y de verano) en sopas, cremas, guisos o purés. Su sabor dulzón es bien recibido por los niños pequeños y abre muchas posibilidades gastronómicas para quienes les gustan los platos agridulces.
Fuente: Eroski Consumer: Editado por DoctorUgarte
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El brócoli es una crucífera, como el repollo, la coliflor, el colinabo y los repollitos de Bruselas. Aporta vitaminas y minerales, como el resto de las crucíferas. Se destaca su contenido en vitamina A (en forma de beta-carotenos), vitamina C, ácido fólico, potasio y hierro.
Cocinalo
El tiempo de cocción del brócoli hervido es de unos 3 ó 4 minutos desde que el agua comienza a hervir. No superes este tiempo ya que perdería su sabor y parte de sus nutrientes. También se cocina muy bien en microondas:
Colocá el brócoli en un recipiente apto para microondas y condimentalo (curry, tomillo, romero, etc.). Es importante que los árbolitos sean de igual tamaño para lograr una cocción pareja. Tapa el recipiente y poné el microondas durante 4 minutos a máxima potencia. Al taparlo, la verdura suelta el agua que contiene y se cocina al vapor, obteniendo un resultado igual al de un hervido o una vaporera tradicional.
La receta de hoy
Hacete unas hamburbrocolis
Ingredientes
400 gramos de brócoli
3 cucharadas grandes de queso rallado
40 gramos de avena arrollada instantánea
sal a gusto
1 cucharada de postre de ciboulette fresca picada o deshidratada
1 cucharada de postre de mix de semillas (yo usé lino, chía y sésamo)
1 cucharada de postre de aceite de oliva o girasol
2 huevos
Preparación
Herví el brócoli hasta que esté tierno, no pasado, que no se ablande!. En cuanto ves que está a punto lo colás para que no absorba el agua. Dejá que baje un poco la temperatura y lo procesás hasta casi triturarlo. Permití que se enfríe cubrilo con film o tapalo.
Una vez que está frío le añadís la avena, el queso, la ciboulette, las semillas, el aceite, la sal y los huevos. Si es de tu gusto, puedés añadir pimienta y ajo en polvo o un diente bien picadito.
Mezclalo bien todo y cubrilo. Llevalo a la heladera por lo menos una hora.
Poné una plancha o sartén de teflón a calentar en fuego medio.
Las cocinás dos minutos por lado, aproximadamente, hasta dorar y cocinar adentro (depende del fuego).
Te podés hacer sándwiches con queso, un morrón asado y pan árabe, por ejemplo, o con lo que te guste.
También se puede servir al plato con una ensalada o arroz integral. A gusto de cada quien.
Receta de: caserissimo.com
Si sos una persona carnívora, tenés tu opción
Usás medio kilo de carne, 300 gramos de brócoli, 4 cucharadas de queso rallado, 60 gramos de avena, sal a gusto, 2 huevos, 1 o 2 dientes de ajo rallado y una cucharada de pan rallado. Todo eso mezclalo y amasalo un buen rato, no menos de 6/7 minutos, así se amalgama bien y no se rompen las hamburguesas. Si podés 10 minutos, mejor. Luego las dejas descansar 5 o 10 minutos en la heladera y las armas. Podés armarlas y freezarlas, o usarlas en el momento. Si las freezás, con separadores, en un tupper o bolsa de freezer, te duran 3 meses.
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Tal vez te preguntes si realmente necesitás desintoxicarte. Si buscás tener un cutis espléndido, unos kilos y algo de celulitis de menos, un estado pleno de energía y vitalidad, menos estrés… ha llegado la hora de hacer una “cura de desintoxicación”.
¿Por qué siento este continuo cansancio? En estos tiempos, a diferencia de nuestros ancestros cavernícolas, ya no comemos solamente para sobrevivir. La producción y la distribución de alimentos han evolucionado tanto que podemos encontrar prácticamente de todo en cualquier momento. Por otro lado, admitimos que estamos estresados, pero no creo que será mucho más que en el pasado, cuando imperaban las guerras y la ley del más fuerte.
Entonces, ¿por qué nos sentimos debilitados? Si en general vivimos rodeados de un gran confort, avances tecnológicos. Sin embargo, se nos exige que seamos más eficientes y más activos.
Muchas personas casi ni cocinan y/o no se toman un tiempo para sentarse tranquilamente a la mesa para disfrutar una comida. Cada vez se compran más platos precocinados y se bebe más alcohol. Si esto ocurriera sólo de vez en cuando no tendría mayores consecuencias; pero si nuestro cuerpo tiene que soportar habitualmente una alimentación desequilibrada, acabará teniendo consecuencias que notaremos.
Una “cura de desintoxicación” puede devolverte energía, vitalidad y lozanía (adecuadas a tu edad) ¿Te interesa? Arrancamos, te voy a recomendar buenos alimentos y hacer un poco de ejercicio. La mayoría de los alimentos que comemos pueden generar problemas si los consumimos en demasiado poca o en mucha cantidad. Seguro que sabes que la falta de hierro produce anemia o que un exceso de alcohol produce dependencia. Sin embargo no siempre sabés que alimentos de lo más comunes pueden tener, en según qué casos, efectos negativos. Por ejemplo, el jugo de naranja trae mucho azúcar (natural de la fruta), las galletitas contienen mucha grasa (y de la peor)
Alimentos admitidos y alimentos que deben desecharse
Mientras dure la desintoxicación evitarás los guisos, las salsas y las preparaciones muy elaboradas. Así como alcohol, choripanes, pizzas, empanadas, snacks, etc.
Te sugiero comer alimentos naturales, cocinándolos lo menos posible. Desde luego, aditivos y otros conservantes tienen también que evitarse mientras dura la cura. Sustituirás alimentos no saludables por otros que aumentarán tu sensación de bienestar. Aquí van unos ejemplos: frutos secos, fruta fresca, hortalizas crudas, verduras cocidas, pescado, ajo, hierbas aromáticas, brotes de soja, arvejas, puré amarillo, brócolis, etc.
Pero además, también debés hacer ejercicio (el que puedas), limpiar tu piel, practicar técnicas de respiración y otras actividades complementarias que aceleran este proceso. Lo ideal, aunque a veces resulte un tanto desafiante, es que esta “cura” dure 4 semanas. Y luego, según se vaya aproximando el final, verás cómo te tentarás conservar algunas de las nuevas costumbres.
De todas formas, es una idea general, conviene conversar con tu nutricionista para más detalles.
Delgadas, bonitas. Difunden Mitos. Miles de seguidores
Por ahí verás a aficionados mediáticos que se creen expertos en Nutrición recomendando batidos, o inundándote de agua o ayunando. La desintoxicación la llevan a cabo tus pulmones, riñones e hígado. Solo debés darles una temporada de Paz, comiendo comida real, con cocciones simples. Vas a ver que bueno, que fácil y sin gastos extras.
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Una receta fácil, que podés acompañar con cualquier tipo de guarnición.
Ingredientes (Para 8 porciones)
1 kg de carne picada
2 cebollas medianas
Un poquito de perejil
1 zanahoria
1 morrón rojo
2 huevos
100 gr de queso rallado
4 cdas de pan rallado
1 cda de mostaza
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Preparación
Empezá por los vegetales: rallá la zanahoria y… las cebollas (puede que llores). Picá el perejil finito y cortá el morrón en cubos pequeños.
Precalentá el horno: 180-190°.
En una sartén con un poco de aceite de oliva y dorá la cebolla, el morrón, el ajo y la zanahoria. Condimentalo a gusto.
En otro recipiente colocás la carne y le agregás los huevos, el queso rallado, las verduras cocidas, el pan rallado, la mostaza, el perejil y rectificás sal y pimienta.
Luego vas a amasar hasta tener una mezcla homogénea y compacta.
Ponelo en una budinera apenas aceitada. Cocinás el pan de carne en el horno pre calentado por aproximadamente 1 hora. Atención, tiene que estar bien cocido!
Para desmoldarlo tenés que esperar que repose un poquito luego de que esté listo.
Guarniciones recomendadas: ensaladas, arroz o, unos papines con pimentón y oliva.
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La obesidad afecta negativamente la salud de las mujeres de muchas maneras. Aumenta el riesgo relativo de diabetes y enfermedad coronaria. Hay un mayor riesgo de padecer múltiples tipos de cáncer, incluido endometrio, el de cuello uterino, de mama y quizás el de ovario.
La obesidad crece en occidente en cada estudio o encuesta realizada. Las tasas de obesidad son similares para hombres y mujeres; sin embargo, el riesgo de Accidentes Cerebro Vasculares asociado con la obesidad se ha estancado en los hombres y se ha triplicado en mujeres desde el año 2000
Sobre este panorama se suma el COVID-19, que aumentó la obesidad y los trastornos alimentarios, si, más en las mujeres que en los hombres.
Los profesionales de la salud relacionados a la obesidad sabemos todo esto y trabajamos para ayudar con nuestras herramientas a cada paciente que nos consulta; con planes de alimentación hipocalóricos, ejercicio-terapia, medicamentos, cirugía. A pesar de esto los resultados en general son decepcionantes. En muchos casos actuamos obviando otros factores que sin duda influyen en la vida de las personas y sobre los que, a veces, no tenemos control.
La mayoría de las personas presentan la dificultad de identificar y diferenciar sus propios momentos emocionales. En muchos casos, ante sensaciones perturbadoras o problemáticas experimentan sensación de malestar psíquico, que disipan mediante la ingesta de alimentos, sin que hayan sentido hambre verdadera.
Me interesa esto
Inteligencia Emocional
El concepto de inteligencia emocional (IE), se refiere a “la habilidad o capacidad para identificar, evaluar y manejar las emociones de uno mismo, de otros, y de grupos, para adaptarnos y enfrentar las demandas y presiones del entorno y las circunstancias”
La IE influye en el bienestar general y en la salud emocional, probablemente también en la habilidad para tener éxito en la vida
Es posible aprender a gestionar las emociones, comenzando por nosotros los profesionales, para luego asistir mejor a nuestras pacientes.
Primero, escuchemos
Un buen comienzo
La entrevista inicial debe valorar la motivación, el impulso que moviliza a emprender el objetivo expuesto. La llamamos «entrevista motivacional», una forma de comunicación que busca movilizar al paciente para que sea él mismo quien tome las riendas de su situación.
Empatía
Tenemos que adaptar las estrategias, conociendo en qué etapa del cambio se encuentra el paciente.
Determinar del grado de motivación y autoeficacia de la paciente para iniciar cambio de conducta.
Seleccionar una estrategia específica de acuerdo al nivel de motivación diagnosticada.
Eslabonar los cambios alimentarios, para progresar a medida se sienta capaz de ello.
Mantener una comunicación eficaz (verbal y no verbal).
Sostener la escucha activa.
Hacer preguntas abiertas, orientadas a la reflexión y búsqueda de soluciones por parte de la misma paciente.
Necesitamos conectarnos (profesional y paciente) en un escenario que propicie el cambio efectivo de conducta, nos basamos en técnicas o formas de consulta que pretenden resultados exitosos.
Abandonamos el rol protagónico en el tratamiento, para transformarnos en facilitadores. No vamos a hacer el trabajo por la paciente. El cambio es un proceso y no un hecho puntual, ya que frecuentemente las personas acuden a la consulta esperando cambios rápidos o por el contrario, el profesional asume erróneamente que el cambio de hábitos puede lograrse luego de la primera consulta, independientemente de las motivaciones previas que tenga la paciente.
Esta forma de relacionarse favorece una más efectiva adherencia al tratamiento y el mantenimiento de hábitos saludables en el tiempo.
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…y comenzás tu cambio.
En doctorugarte te damos propuestas para que tengas opciones “con ciencia” frente a un mundo saturado de información nutricional.
Todos nuestros contenidos tienen un propósito informativo. En ningún caso sustituyen el consejo, consulta, diagnóstico o tratamiento de tus médicos.