En los años 70 los quesos Petit Suisse, Saavedra o García eran quesos untables irreprochables. Hoy en el Super encontrás mas de 12 marcas de estos productos, la mayoría son «quesos» procesados, que incluyen varios ingredientes que hace años ni asomaban en la imaginación de las empresas productoras. Algunos son: almidón de maíz modificado, sacarosa, gelatina, carragenina, goma guar, acido láctico, aromatizantes, conservantes, y algunas cosas más.
¿Todo esto tiene?
Pensando en esto rescaté una opción para untar tu tostada con un alimento mas real, la ricota (casera). Te cuento como hacerla.
MI RICOTA CASERA
El queso ricota es un queso de subproductos. Ricota, significa «cocinar otra vez». Habitualmente este queso se hace a partir del suero drenado de quesos como mozarella, provolone y otras variedades. Luego se combina con leche, tanto entera como descremada.
Ingredientes:
1 litro de leche entera, de sachet
Jugo de 1 y 1/2 limones
Preparación
Calentá la leche en una olla hasta que esté a punto de hervir (cuando comienza a hacer burbujitas en los costados).
Sacala del fuego y agregale el jugo de limón. Revolvé suavemente, al cabo de cinco minutos la leche se empieza como a cortar y formar grumos.
Cuando pase esto, es el momento de pasarla a un colador con una gasa para drenar el suero. Dejalo escurrir como mínimo una hora, apretá la gasa de vez en cuando para que suelte bien el líquido. Cuando pase la hora ya se podría usar, pero si no tenés apuro, dejá pasar ocho horas escurriendo en el colador dentro de la heladera. Después guardala en un recipiente hermético, siempre en la heladera.
Podrás conservarla hasta 2 semanas, no más. También la podés congelar una parte en caso de no usarla toda en los siguientes 14 días. y listo!
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Y pensaba que la fuerza que adquiría Popeye estaba en esa lata de espinacas que aparecía en el momento necesario, y estaba equivocado: las espinacas no son esa fuente de fuerza, ni de tanto hierro como proclamaban algunas voces. Solo eran dibujos animados. Es cierto que contienen hierro, pero en una proporción menor de la que pensaba y, además, se absorbe con mayor dificultad que el que viene de cualquier carne. El motivo es que se trata de hierro no hemo -el que está en los vegetales-, por eso, se recomienda consumir al mismo tiempo alimentos ricos en vitamina C, como morrones, perejil, limón, repollitos de bruselas o naranjas. Con lo que mejorás un poco su absorción.
Las espinacas contienen buenos nutrientes, fijate:
90,7% agua.
2,9% proteínas
0,5% grasas.
Aportan 31 Kcal por cada 100 gramos de porción comestible.
Fibra: 2,6 g por cada 100 g.
Minerales varios: en 100 g contienen: 90 mg de calcio, 4 mg de hierro, 54 mg de magnesio y 400mg de potasio.
También vitaminas, por cada 100 g: 500 microgramos de Vit. A, 30 mg de Vit. C, 2 mg de Vit. E, 140 microgramos de Ac. fólico.
La receta de hoy es: Buñuelos de Espinaca
Ingredientes:
1 atado de espinaca
2 huevos
1/2 taza de leche
1 taza de harina integral
ajo en polvo, sal y pimienta
Preparación
Lavá la espinaca y picala
Batí 2 huevos y agrégale la leche
Condimentás y agregás la mezcla a la espinaca.
Mezcla bien y agrégale la taza de harina. Integrá bien.
Los podes hacer en una sartén con un poquito de aceite para que no se peguen o al horno en una asadera. Agrégale aceite con un pincel y andá poniendo la preparación con una cuchara bien separadas entre sí. Son 3 minutos por lado si los hacés en una salten y 5 de cada lado si los mandás al horno.
Con estas cantidades te sale 12 a 15 buñuelos
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Mi vecina del 8C, no deja de decir que su cuñada jamás se resfría por que toma un vaso grande de jugo de naranjas cada mañana. Le hice un par de preguntas y me enteré que esa mujer vive sola y sin vida social (a escaso contacto con otros, menos enfermedades respiratorias) y tiene una Diabetes 2 mal controlada (hay, hay, hay con el jugo de frutas).
Aceptamos como sanos y naturales a algunos alimentos que se alejan bastante de lo que definiríamos como “saludable”. Además el concepto “comer bien” es muy amplio, por lo que aceptablemente puede significar algo distinto para cada persona.
Te cuento ejemplos de alimentos que parecían saludables pero no lo son:
1) Granola
La base de la granola es la avena, un buen cereal. Sin embargo, pierde su bondad cuando, sus láminas están cubiertas de miel o azúcar.
Consumer Report encontró que las granolas con estos aditivos contienen entre 13 y 12 gramos de azúcar por cada ½ taza. Es muuucho
Lo mejor es consumir avena natural.
2) Yogur industrial
El yogur natural contiene buena dosis de probióticos, bacterias saludables que ayudan al correcto funcionamiento del intestino. También es un alimento rico en proteínas, calcio, magnesio y vitamina B 12.
Pero el yogur industrializado con colorantes y azúcares no es tan saludable.
El yogur saborizado de algunas de las marcas que existen tienen excesiva azúcar. Negativo.
3) Pochoclo de microondas
Las palomitas de maíz son sanas, siempre y cuando se consuman sin sal ni complementos como manteca y caramelo. Por lo tanto, deberías evitar las presentaciones de microondas o las que venden en los cines.
4) Barritas de cereal
Las barritas son un alimento para comer de pasada. Se venden como “alimento saludable”, pero antes de comprar esa idea debés conocer que tienen azúcar agregada, grasa industrial, proteína en polvo y algunas contienen chocolate.
5) Bebidas energéticas
Quizá sientas que te llenan de energía, lo cierto es que consumís hasta 25 gramos de azúcar por envase.Tremendo
6) Cereales de caja
Para que el cereal “de desayuno” sea saludable debe contener al menos tres gramos de fibra por porción (a ver si lo encontrás). Si los consumís elegí aquellos que no tienen azúcar y a aquellos con granos enteros y nos los de harinas blancas procesadas.
7) Jugos de frutas
Los jugos de frutas vecina, son una “bomba de azúcar”. Aunque aportan vitaminas y minerales, su balance nutritivo es negativo porque se pierde toda la fibra que contienen las frutas. Mejor consumir la fruta entera y no solo su jugo. No previenen resfríos!!
Sin la fibra, tu cuerpo no distingue entre los azúcares de una naranja frente a los de un caramelo.
8) Frutas desecadas
Una fruta que pierde agua, reduce su tamaño, y concentra sus nutrientes (las pasas). Podrías comer demasiada sin darte cuenta, debido al poco volumen
9) Jamón “natural”
Las carnes procesadas contienen carne de cerdo o vaca, pero también pueden contener “otras carnes rojas, aves, despojos o descartes”.
Por muy “natural” que se anuncie, no deja de ser un producto procesado alto en sodio.
10) Pan negro
Suponemos (erróneamente) que si es negro es más saludable: no necesariamente. Un pan hecho de harina integral (el recomendado) es negro. Sin embargo la mayoría de los panes “negros”, apenas contienen harinas integrales. Son de harina refinada e ingredientes (salvado, semillas, etc.) algo así como cosméticos.
Y hay mas. Continuaremos
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Verónica tiene 42 años y tiene una preocupación, siempre es la primera en terminar la comida, en cualquier circunstancia. ¿Es esto algo malo para mi salud?
En la saciedad (sentir que “estás llena”) intervienen hormonas que interactúan en un lugar específico del cerebro (el centro de la saciedad del hipotálamo) determinando segun sus niveles el circuito hambre-saciedad.
En general vas a necesitar entre 20 y 30 minutos, para sentir plenitud, después de terminar de comer. Lo que va a pasar es que si comés velozmente, te arriesgás a incorporar más comida. Ya que tenés 20 minutos o más por delante, sin sentir saciedad, y podés seguir comiendo sin este límite, eso es malo. El cerebro necesita tiempo para hacer esta tarea, deberías procurar que lo tenga.
Consejos para comer más despacio
Probá dejar los cubiertos entre bocado y bocado (Es y funciona, sólo requiere práctica).
Masticá muy bien la comida. Mejor si elegís alimentos que necesiten más tiempo de masticación, como ensaladas y verduras, en lugar de purés.
Comé trocitos de zanahoria cruda en las comidas es una buena alternativa al pan, ya que requiere mayor masticación (dale, anímate a algo diferente).
Si comés sola, manejá los cubiertos con las manos cambiadas. Puede al principio estés torpe al agarrar el tenedor con la mano no dominante, pero si te acostumbrás a dirigir así la comida a la boca, notarás como se enlentece el ritmo de comida.
Cargá menos comida en cada bocado. Serán más bocados, y… más tiempo.
Tomá un vaso de agua bien fría o un caldo bien caliente antes de cada comida. Se estudió el efecto de bebidas con diferente y observaron un retraso significativo en el vaciamiento en las bebidas a temperaturas muy extremas (4ºC y 60ºC). En algunos casos vieron el efecto solo cuando las bebidas estaban frías. Un pequeño grupo no mostró ninguna diferencia (pero vale la pena intentarlo).
Seguramente cada individuo tiene sus propias características a la hora del vaciamiento del estómago, si lo retrasás, lográs que durante todo ese tiempo extra, no solo vas a comer menos sino que, además, le das más tiempo a tu cerebro para enterarse que ya comiste suficiente.
En conclusión
Comer rápido estrictamente hablando no engorda porque las calorías ingeridas serán las mismas. Lo que engordaria es comer de más y ahí sí que la velocidad te juega en contra.Antes del próximo bocado preguntale a su cerebro “¿De verás, necesitás más?”.
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Leyendo un articulo de la Mayo Clinic surgió esta pregunta: ¿La dieta paleo, basada en la alimentación humana prehistórica, es adecuada para los humanos de la actualidad?
Una dieta paleo es un plan dietético basado en alimentos similares a los que se podrían haber consumido durante la era Paleolítica, que abarca de aproximadamente 2,5 millones a 10.000 años.
La paleo suele incluir carnes magras, pescado, frutas, verduras, frutos secos y semillas, alimentos que en el pasado se podían obtener mediante la caza y la recolección. Esta dieta pone límite a los alimentos que se volvieron comunes cuando surgió la agricultura, hace unos 10.000 años. Es decir, productos lácteos, legumbres y granos.
¿Para qué?
El objetivo de una “cavernícola” consiste retomar un modo de alimentación similar al de los primeros humanos. Con el supuesto de que cuerpo humano es genéticamente incompatible con la alimentación (moderna) surgida a partir de la aparición de la agricultura.
La agricultura cambió la dieta y estableció los lácteos, cereales y legumbres como alimentos de primera necesidad para los humanos. Según esta hipótesis, este cambio relativamente rápido en la dieta superó la capacidad de adaptación del cuerpo. Se cree que esta incompatibilidad es un factor que contribuye a que en la actualidad prevalezcan la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Detalles de una dieta paleo
Las recomendaciones varían pero en general, las dietas paleo siguen estas pautas.
Lo que si comer
Frutas
Vegetales
Frutos secos y semillas
Carnes magras, especialmente de animales alimentados con pastura o de animales de caza
Pescado, especialmente aquellos con alto contenido de ácidos grasos omega-3, como el salmón, la caballa y el atún
Aceites de frutas y frutos secos, como el aceite de oliva
Que evitar
Cereales, como el trigo, la avena, el centeno y la cebada
Legumbres, como los porotos, las lentejas, los maníes y las arvejas
Productos lácteos
Azúcar
Sal
Papas
Alimentos muy procesados en general
Menú de un día habitual
Este es un ejemplo de lo que podrías comer en un día típico si siguieras una dieta paleo:
Desayuno. huevos revueltos con tomate, omelette de espinas y aguacate o ensalada de frutas variadas. Estos se pueden acompañar de café o té..
Almuerzo. Lomo de cerdo magro asado y ensalada (lechuga, zanahoria, pepino, tomates, nueces y aderezo de jugo de limón).
Cena. Solomillo de carne de vacuna magra al horno, brócoli al vapor, ensalada (hortalizas de hoja verde mezcladas, tomate, palta, cebollas, almendras y aderezo de jugo de limón) y frutillas para el postre.
¿Colaciones?. Una naranja, bastones de zanahoria o de apio.
La dieta también hace hincapié en beber agua y estar físicamente activo todos los días.
Resultados
En varios ensayos clínicos aleatorizados, se ha comparado la dieta paleo con otros planes de alimentación, como la dieta mediterránea o la dieta para la diabetes. En general, estos ensayos sugieren que una dieta paleo puede proporcionar algunos beneficios en comparación con las dietas de frutas, verduras, carnes magras, cereales integrales, legumbres y productos lácteos bajos en grasa. Estos beneficios pueden incluir lo siguiente:
Mayor adelgazamiento
Mejor tolerancia a la glucosa
Mejor control de la presión arterial
Menor cantidad de triglicéridos
Mejor control del apetito
Sin embargo, se necesitan ensayos más largos con grandes grupos de personas asignadas aleatoriamente a diferentes dietas para comprender los beneficios generales a largo plazo para la salud y los posibles riesgos de una dieta paleo.
Preguntas acerca de las dietas paleo
Inquietudes sobre alimentación
La dieta paleo incluye gran cantidad de verduras, frutas y frutos secos, todos elementos que forman parte de una alimentación saludable.
La diferencia principal entre la dieta paleo y otras dietas saludables es la ausencia de cereales integrales y legumbres, considerados buenas fuentes de fibra, vitaminas y otros nutrientes. En esta dieta también están ausentes los productos lácteos, buenas fuentes de proteína y calcio.
Estos alimentos no solo se consideran saludables sino que también suelen ser más accesibles y costar menos que la carne de caza, los animales alimentados a pasto y los frutos secos. Para algunos, la dieta paleo puede costar demasiado dinero.
Preguntas sobre la hipótesis de la dieta paleo
Los investigadores argumentan que la hipótesis que justifica la dieta paleo simplifica demasiado la historia sobre cómo los seres humanos se adaptaron a los cambios de alimentación. Los argumentos para una comprensión más refinada de la evolución de las necesidades nutricionales del ser humano deben tener en cuenta lo siguiente:
Las variaciones en la dieta según la geografía, el clima y la disponibilidad de alimentos (y no solo la transición a la agricultura) también deben haber influido en la evolución de las necesidades nutricionales.
Las investigaciones arqueológicas han demostrado que la alimentación de los primeros seres humanos posiblemente ya incluía cereales silvestres hace 30.000 años por lo menos, mucho antes de la aparición de la agricultura.
Las investigaciones genéticas revelan que hubo cambios evolutivos notables que siguieron después de la era paleolítica, incluyendo cambios en la alimentación, como el aumento de la cantidad de genes relacionados con la descomposición de almidones alimentarios.
Resumiendo
Una dieta paleo puede ayudarte a adelgazar o a mantener tu peso. También puede tener otros efectos beneficiosos sobre la salud. Sin embargo, no hay ningún estudio clínico a largo plazo acerca de los posibles riesgos y beneficios de la dieta.
Es posible que obtengas los mismos beneficios para la salud haciendo suficiente ejercicio y siguiendo una dieta saludable y equilibrada con muchas frutas y vegetales.
Fuente: Nutrición y comida saludable: Mayo Clinic
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Amo las berenjenas, es un amor maduro que creció con los años, iniciamos nuestra relación con un rechazo sutil, pasamos a aceptar encuentros casuales, y llegamos construir una relación sólida, fraternal. Las berenjenas son versátiles se pueden comer: al wok, en caponatas, grilladas, rellenas, en musaka, y también … a la parmesana!. Todas son opciones deliciosas. Solo que estas hortalizas tienen la manía de impregnarse de aceite cuando se ponen en contacto. De manera que cuidado con el aceite!
Berenjenas a la Parmesana
Ingredientes (comen 4)
3 berenjenas medianas firmes y con la piel limpia
1 tazón de salsa de tomate triturado, (suele venir en botellas)
100 g de queso rallado (parmesano o parecido, pero de buena calidad)
100 g de mozzarella (rallada o en rodajas)
Sal y pimienta
1 huevo y un chorrito de leche
Aceite de oliva virgen extra
Una hojas de albahaca fresca (opcional)
Preparación
Precaletá el horno a 180º.
Cortá las berenjenas limpias pero sin pelar en rodajas como de medio centímetro y a lo largo. Las dejás en un colador espolvoreadas con sal durante 20 min para que suelten líquido y no queden amargas Después las secás con papel de cocina.
Asás las rodajas de berenjena en una sartén con un poco de aceite de oliva por los dos lados hasta que estén ligeramente doradas. Las vas colocando sobre papel absorbente.
En una fuente de horno colocá un fondo de salsa de tomate, encima disponé ordenadamente una capa de rebanadas de berenjena y cubrilas con queso rallado (parmesano o similar), un poco de pimienta (las berenjenas ya traen la sal) y luego con la mozzarella. Podés añadir en este momento unas hojas de albahaca. Seguí con berenjena, tomate, queso y terminás con berenjena.
Batí un huevo con un chorrito de leche y mézclalo con un poco de lo que te quede de queso rallado. Con esta mezcla cubrís la última capa de berenjena. Si pinta, podés poner también un poco más de tomate por encima.
Metelo al horno, con calor por arriba y abajo, hasta que veas que la superficie se ha dorado. Necesitás unos 15-20 min. Servilas calientes.
A Comer!
Secretitos
Encontrarás muchas variantes de esta receta. En algunas se fríe la berenjena en lugar de asarla. Podés eliminar el huevo y gratinar solo con queso, sin embargo el huevo le da mas textura y la capa superior te queda crujiente.
Dejá escurrir el tomate triturado para que tenga menos líquido. También podrías usar tomate de lata y procesarlo.
por DoctorUgarte
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El trigo sarraceno o alforfón no es un cereal, sino una semilla o pseudocereal (como la quinoa o el amaranto), pero se le da el mismo uso que a un cereal tradicional (arroz, maíz, etc.). Es «gluten free» y contiene más proteína que la mayoría de cereales. Esto lo convierte en un ingrediente atractivo para personas con celiaquía o intolerancia al gluten.
El trigo convencional se consume mayoritariamente en forma de harina refinada por lo que las proteínas y casi la totalidad de vitaminas y minerales se pierde. Sin embargo, el trigo sarraceno se suele comer con el grano entero cocido y por lo tanto, la cantidad de nutrientes que aporta es mayor. Además tiene mucha fibra tanto soluble como insoluble.
La receta de hoy aplicaría también a vegetarianos si reemplazas las gambas, por ejemplo por champiñones
Podés añadir mejillones, almejas, berberechos u otras opciones que te gusten o tengas a mano.
INGREDIENTES (para 2 personas)
120 g de trigo sarraceno
1 cebolla picada
1 trocito de jengibre pelado y picado
1 diente de ajo picado
50 g de hongos secos rehidratados y cortados en trocitos
200 g de espárragos (8 medianos), parte leñosa descartala y cortados en trozos de 3-4 cm
200 g de camarones pelados
sal y pimienta negra
PREAPARACION
Pelá los camarones y en una olla pequeña herví (camarones y peladuras) con 300 ml de agua. Dejá reducir sin la tapa unos 10 minutos a fuego medio para que se concentre el sabor.
Mientras tanto, preparás todos los demás ingredientes.
Colá el caldo de las gambas y añadí agua si ha reducido mucho (hasta tener 300-400 ml). Cuando hierva añadí el trigo sarraceno (no lo eches si no hierve o quedará el grano pegajoso). Dejalo hervir unos 13-15 minutos, para que quede al dente. Escurrilo y reservalo.
Echás un chorrito de oliva extra virgen en una sartén grande o wok y dorás las gambas por ambos lados. Retirá y reservá.
En la misma sartén, añadí un poco más de oliva y salteá la cebolla unos 5-7 minutos o hasta que esté transparente. Agregá ahora el ajo y el jengibre y dejá sofreír 1-2 minutos más pero que no se dore el ajo o se amargará.
Añadí los hongos y los espárragos (si son muy gruesos, cortalos a lo largo en 2). Salteá unos 10 minutos. Acordate de descartar la parte clarita del tallo de los espárragos, ya que es demasiado fibrosa.
Agregá ahora las gambas y el trigo sarraceno. Mezclá todo bien.
Ajustá de sal y pimienta negra. Y listo!
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Muchas veces me he preguntado ¿Cómo sería el Mundo actualmente si no contáramos con los cereales para alimentarlo? Es que durante muchos miles de años nuestros antepasados no contaban con ellos en su alimentación (seguro oíste hablar de la “dieta paleo” –lítica-). se las arreglaban aparentemente bien, pero…eran pocos, y alcanzaba con lo que conseguían para comer. Hoy hay millones de personas en el mundo con dificultad para acceder a una comida suficiente. Los cereales son imprescindibles para la humanidad. Probablemente no para vos, si es que hacés keto dieta o tenés fobia a las harinas. Pero el mundo es más grande de lo que podemos ver con nuestros ojos.
¿Y si te pregunto 3 ejemplos de cereales?
Un desafío, no mires la caja de los desayunos K. Son 6 cereales los más consumidos en la alimentación humana.
Trigo
Avena
Centeno
Cebada
Arroz
Maíz
Los 4 primeros (TACC) son los que dan origen a la proteína (gluten) que genera una alergia muy sintomática y riesgosa (celiaquía) que afecta aproximadamente al 3 % de las personas . Quedando el arroz y el maíz como los cereales libres de gluten.
Pero también existe una categoría de granos llamados pseudocereales, que en realidad son semillas, utilizadas como cereales. Su valor nutricional consiste en aportar un poco más de proteínas que los cereales, ácidos grasos de buena calidad, además de no contener gluten.
Muchas personas por motivos de salud o creencias (sobran ejemplos), están pendientes de abandonar el trigo y cualquier producto que contenga gluten. Muy bien, como dice mi amiga Rita en su Instagram: “sin TACC hay paraíso”
¿Y ahora qué como?
Hay vida más allá del gluten! Afortunadamente, hoy tenemos a nuestro alcance productos que se conocen desde hace siglos. Mi foco hoy está en los Pseudocereales, te los presento:
Quinoa
En realidad son semillas. Originarias de la costa oeste de América, desde el norte de Chile hacia Canadá. Se pueden usar como sustituto del arroz y preparar como plato principal o como acompañamiento, así como en ensaladas.
Es un alimento excelente para personas vegetarianas y además es apto para celíacos. Hacen un buen aporte de proteínas y minerales. Para consumirla te recomiendo lavarla removiéndola en agua y dejarla una hora en remojo (no más), y después cocinarla en agua nueva durante 15 minutos. De este modo, eliminás las saponinas (antinutrientes) que perjudican la absorción de otros nutrientes.
INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Cada 100g de porción comestible
Calorías:
306 Kcal
Proteinas:
14 g
Grasas Totales:
5 g
Carbohidratos:
49 g
Azucares Simples:
0 g
Fibra:
8 g
Sodio:
5 mg
2. Amaranto
El amaranto, como la quinoa, posee características similares a los cereales pero con algunas cualidades que destacan tales como su contenido proteico, que es más semejante al de las legumbres.
El grano de amaranto contiene cas 15% de proteínas, contiene los aminoácidos esenciales para el organismo, excepto la leucina.
Aporta un 7 % de buenas grasas y tiene una elevada proporción de fibra, así como de minerales entre los que destaca el calcio, potasio, magnesio y fósforo.
El amaranto puede usarse tal como usarías el arroz, es decir, podemos hervirlo para elaborar ensaladas, guisos u otras preparaciones, tanto frías como calientes
Por otro lado, te da más saciedad que el arroz o las pastas, casi con las mismas calorías. A tener cuando buscás bajar de peso.
INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Cada 100g de porción comestible
Calorías:
371 Kcal
Proteinas:
14 g
Grasas Totales:
7 g
Carbohidratos:
65 g
Azucares Simples:
2 g
Fibra:
7 g
Sodio:
4 mg
3. Trigo Sarraceno
A pesar de este nombre, el trigo sarraceno ni es trigo ni su origen es sarraceno (proviene del Asia central). En “trigo” sarraceno (o alforfón) se define como un pseudocereal (al igual que la quinoa y el amaranto) y posee un apreciado contenido proteico (12%). De sus aminoácidos, varios de ellos esenciales, se destaca la lisina, uno de los aminoácidos ausentes en los cereales.
Es libre de gluten, por lo que es apto para celíacos.y su contenido en hierro es mayor que la de los cereales.
Los granos son triangulares, contienen 3% de grasa con predominio de ácido linoleico, oleico y palmítico. Al cocinarlos su olor recuerda a nueces, humo, algo a pescado.
Se utiza para hacer pan, bollos, bizcochos, crepes, tallarines.
El consumo de trigo sarraceno sin pelar puede provocar afecciones gastrointestinales (nauseas, diarrea, vómitos), conocidas como intoxicación por ingesta de trigo sarraceno. Esto no ocurre cuando se consume trigo sarraceno pelado, es habitual que lo compres ya pelado (envasado) o en forma de harina, pero si lo comprás a granel, mejor preguntar.
Como vez, los pseudocereales son alimentos que se suman a las opciones gastronómicas con las que contamos y su perfil nutricional los hace aptos para todas las personas que tengan conflictos con el gluten.
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Cada vez más personas toman conciencia del impacto que tiene la alimentación sobre la salud y eso estimula una mayor demanda de alimentos saludables.
Las empresas alimentarias, atentas a estos aconteceres, modifican sus estrategias para vender sus productos, ¿Qué otra cosa esperabas?
Lo que ocurre hoy en día es que muchas empresas usan engaños para hacer pasar por saludables alimentos que no lo son y para hacer creer a los consumidores que es necesario ingerir determinados productos para mantener un buen estado de salud.
¿Cómo es posible que ocurra esto?
Se utilizan frases en las campañas publicitarias para alabar las propiedades de un alimento, pueden ser de dos tipos: declaraciones nutricionales y declaraciones saludables. Las primeras hacen referencia a la energía o los nutrientes que el alimento proporciona (por ejemplo, “fuente de calcio” o “bajo contenido de azúcar”) que puedan ser utilizadas manteniéndose en ciertos límites. Por ejemplo, si se quiere declarar “sin azúcar”, el alimento debe tener no más de un 0,5% de azúcar. Por su parte, las declaraciones saludables se refieren a la relación de un alimento o de alguno de sus componentes con la salud (por ejemplo, “el calcio contribuye al normal mantenimiento de los huesos”). Para poder ser usadas, estas declaraciones deben estar respaldadas por evidencias científicas sólidas. Imaginate que hablamos de una empresa que fabrica yogur y quiere anunciarlo diciendo que las bacterias que contiene son buenas para reforzar el sistema inmunitario. Para poder hacerlo, primero debe enviar una solicitud al Ente Regulador de tu País, aportando las evidencias científicas en las que se basa su petición. Si estas son válidas, las autoridades aprueban la petición y la declaración podrá anunciarse (por ejemplo “la bacteria X contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario”). Pero en la gran mayoría de los casos no hay evidencias suficientes y las solicitudes son rechazadas (actualmente no te dicen que refuerzan el sistema inmunitario) ¿Qué hace entonces la empresa? A veces en un alarde de imaginación, elabora campañas publicitarias para insinuar que su producto aporta beneficios, sin afirmarlo abiertamente. Es lo que hacen por ejemplo algunos productores de leche sin lactosa al sugerir que ese alimento es mejor para todo el mundo, cuando en realidad sólo presenta ventajas para las personas intolerantes a la lactosa.
De todos modos la empresa puede optar acudir al listado de declaraciones saludables que han sido aprobadas, elegir una de las sustancias que ahí aparecen y/o añadirla a su producto. Por ejemplo, si quieren decir que su yogur refuerza el sistema inmunitario, sólo tiene que añadir vitamina B6, para la cual sí está aprobada esa declaración. Esto mismo se puede hacer con cualquier tipo de alimento, así que los fabricantes pueden añadir esa vitamina a un alfajor o a un paquete de azúcar y promocionar sus «beneficios» para tus defensas. Así se disfrazan los alimentos no saludables y pasan por saludables.
Cuando leés que la vitamina B6 contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario te hará pensar que al ingerir el producto evitás resfríos o gastroenteritis, de manera que cuanto más consumas, mejor sería el resultado. Sin embargo, esa declaración solamente significa que el sistema inmunitario necesita vitamina B6 para funcionar con normalidad. Tomar más cantidad de la necesaria no mejorará el resultado. Es como un buen remero. No va más rápido en su bote por contar con 8 remos. Pero es que además, una dieta normal es suficiente para cubrir tus necesidades de vitamina B6 o C, y lo mismo se puede decir de otras sustancias que con las que se suelen enriquecer los alimentos.
Por eso pensamos que unos cereales de desayuno enriquecidos con vitaminas y minerales son saludables. Mirás en su etiquetado nutricional y ves un montón de hierro, calcio, vitamina D, etc. en lugar de observar el producto con un poco de perspectiva para ver que se trata de un alimento temible, compuesto principalmente por harinas refinadas y azúcar. Así pues, la solución pasa por olvidarnos de los nutrientes y sus propiedades para centrarnos en el conjunto del alimento.
La Ley de Etiquetado Frontal
La Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, ya reglamentada, tiene como punto central la regulación del etiquetado frontal de alimentos, tendrá vigencia completa en mayo de 2023, momento en que los sellos de advertencia tendrán que aparecer.
Es una buena noticia. Argentina se debía esta regulación y la existencia del etiquetado es una herramienta para informar a los consumidores sobre los nutrientes críticos presentes en los alimentos.
Sin embargo, será necesario informar correctamente para que puedas, sin dejar de atender a los sellos negros, comprender el resto del valor nutricional de los alimentos; en particular, cuando corresponden a grupos recomendados por las Guías Alimentarias (verduras, frutas, legumbres, leche, queso, yogur), para que el etiquetado, gradualmente, conduzca a mejores elecciones, buenos reemplazos por alimentos más saludables y mejor calidad de la “dieta argentina”.
Fuente: blog Gominolas de Petróleo, del Dr. Miguel Ángel Lurueña
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Ayer fui a la feria del barrio y en la carnicería me decidí por las pechugas de pollo, sin piel y de buen color. Luego me tocaba la verdulería y por suerte comenzó la temporada de morrones, así que me llevé unos cuantos y de distinto color.
Te traigo esta sencillísima receta que cualquiera puede preparar para una comida individual o familiar, hasta para mis nuevos amig@s de instagram, los carbofóbicos.
A disfrutarlo!
Ingredientes
½ kg de pechugas de pollo
2 berenjenas
4 cebollas
Aceite de oliva
2 morrones rojos
2 morrones amarillos
3 dientes de ajo
sal y pimienta
Preparación
1 Cortá las pechugas en trozos no muy grandes. Saltealos en aceite de oliva, sazonalos y reservalos.
2 Pelá y corta en rodajas finas las cebollas y todos los morrones, quitales las partes blancas, y cortá las berenjenas en dados.
3 En un wok (o sartén honda y amplia) rehogá la cebolla y los dientes de ajo en el aceite de oliva hasta que la cebolla esté transparente.
4 Agrega los pimientos y las berenjenas y mézclalo bien.
5. Cuando los vegetales estén tomando temperatura, agregás el pollo, terminás la cocción Probás el sabor por si hace falta rectificar condimento y listo. A comer!!
Posibilidades
Si tenés un brócoli o zucchini esperando en el cajos de los vegetales, dales una oportunidad e incorporalos al salteado.
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